Muchos años atrás, cuando era un verdadero niño, devoraba libros y libros de aventuras, novelas memorables e historietas a las que que accedía por revistas como El Tony, Dartagnan o Intervalo. Julio Verne era mi ídolo, sus libros eran mi hobby predilecto en las siestas de Juncal y durante los viajes a Rosario. Mi placer era ir a la librería Ross y allí pedirle libros a mi mamá, quien para eso nunca ahorró dinero. Entre esas lecturas había una que se destacaba, las “Leyendas del Rey Arturo y los Caballero de la Mesa Redonda”. Toda una serie de caballeros que nunca entendí muy bien para quien trabajaban o defendían, pero eran una mezcla increíble de valentía, magia y fortaleza de personalidades.
Las historia del Rey Arturo era el núcleo central de una serie de otras novelas y de una famosa tira, que fue motivo de una serie de libros de las cuales también fui adicto, “El Príncipe Valiente”.
Muchos de esos libros llegaban a través de la famosa colección de libros “Robin Hood”, tapas amarillas y duras. Luego comenzaron a venir con tapas plastificadas y brillantes, y luego vinieron otros libros a ocupar ese sitio de privilegio en mis tardes y noches.
Originalmente era una historieta creada por Harold Foster en 1937. La obra completa está constituida por unas 1800 planchas, y continúa ampliándose. En la Argentina se editaron unos 11 libros, el primero de ellos era “El Príncipe Valiente en los días del Rey Arturo”.
Esos recuerdos y lecturas están ligados íntimamente a mi infancia.
Más tarde, en otra época,a mis 16 años, cuando Yes era mi puerta mayor hacia los territorios del arte y sensibilidad, Rick Wakeman publica su disco “Myths and Legends of King Arthur and the Knights of the Round Table”, por eso, el Rey Arturo me acompañó también en mi adolescencia. Aquí el inicio de ese álbum.
Todo esto viene a que la semana pasada me fui para Winchester (Camelot?) ciudad en la que se encuentra la Tabla Redonda del Rey Arturo. La leyenda, muy creíble hace una bocha de años, hoy es un mero mito. Pero, qué importa?, si en mi historia fue real. Así que allí peregriné, otra vez, a encontrarme con parte de mi historia.
La existencia de la tabla se remonta alrededor del año 1100. La leyenda sobre la existencia del Rey Arturo se remonta a los siglos 5to y 6to. Por diversas razones se supone Winchester,entre otros sitios, el sitio donde reinaba Arturo, Camelot. Hoy todo eso está prácticamente descartado por la historia. Aunque el misterio sobre la tabla continúa. Y es una buena atracción para la ciudad de Winchester. Esa ciudad supo ser, antes que Londres, el centro de la formación del Reino Unido, historia que es una tontería frente a la historia del Rey Arturo y sus Caballeros de la Mesa Redonda.
Una pocas horas bastaron para conocer el sitio. El lago donde aparece la mano de la Dama que toma la espada Excalibur no lo vi por ningún lado. Tampoco el yunque en el cual estaba clavada la espada a la espera de la llegada de aquél que pudiera sacarla de allí sin esfuerzo.
Realmente, no importa. Estuve en Camelot y eso es lo importante.
La sincronicidad aquí también se hizo presente. Unos días antes de descubrir que Winchester era el sitio de la Tabla Redonda y que estaba cerca de dónde estoy, había comprado un libro de Rick Wakeman, “Grumpy old rock star”. Wakeman es un tipo raro y cómico, y en el libro relata anécdotas bizarras y muy divertidas.
Allí narra cuando, con tan sólo 25 años, comienza escribir y prepara la presentación de su disco sobre el Rey Arturo. Recién salido del hospital, luego de haber sufrido un ataque en el corazón y en plena recuperación luego de tener que hacerse un doble by-pass. En esa época bebía unos dos litros de cerveza y una botella de vino, sólo en las comidas!. Era un alcohólico suicida. En esa época él y sus músicos solían dejar sin bebidas cada avión que tomaban. Una vida de alcohol sumamente destructiva. Así, y contra las recomendaciones médicas, se lanza con el Rey Arturo, uno de los peores negocios de su vida, su primer quiebra económica y uno de los peores desastres económicos en la historia del rock. En el libro se ríe de esa época “dinosaurica”.
La presentación del Rey Arturo se hizo en el Wembley's Empire Pool, sobre hielo, porque su capricho era hacerlo en ese lugar y estaba, por esa fecha, el estadio preparado para que a la semana siguiente se presentara “Holyday on Ice”. Así es como decide que todo lo preparado sea hecho sobre hielo. Un show costosísimo sin ninguna posibilidad de recuperar ni mínimamente ese dinero. Una bancarrota que sólo luego de su éxito anterior (“Viaje al Centro de la Tierra”) podía enfrentar. Lo perdió todo.
Mientras leía anécdotas de ese estilo, me entero que a pocas horas de distancia de donde estoy, podía visitar a “Camelot”, no tuve dudas. Allí fui.
El sitio no es muy sobresaliente, quizá lo sea su catedral, que es sumamente valiosa en términos históricos, pero preferí terminar el recorrido en el “Royal Oak, the oldest bar in England”. Seguramente habrá otros bares que también se disputarán ese título, pero en definitiva es otra leyenda.
Cali
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Ya que estamos, Wakeman en Buenos Aires
Error: no es "Holywood on Ice",es "Holyday on Ice". Ya está arreglado en el texto.
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