sábado, 22 de noviembre de 2008

Acuarela 4. El Rayo (que no cesa) (parte 1)

Voy a retomar el itinerario que hice (colectivamente) con Acuarela.

Habiendo publicado su número 3 en septiembre de 1981 la revista ya alcanzaba a tener cierto prestigio dentro de un ámbito cultural rosarino muy movido, todavía invisible para la sociedad, pero que con el correr de algunos años muchos de sus actores se volverían gente muy visible y reconocida públicamente.


La densidad de la experiencia de esos meses finales de 1981 hace que sea imposible abreviarla en sólo algunos párrafos. Como verán, cambiamos la cara, estrenamos un nuevo diseño, se “moderniza” el logo y la revista tiene un salto cualitativo extraordinario en su edición. Nada de eso será gratuito. Ya volveré sobre el punto.

La tapa resume una especie de código interno con el "rayo que no cesa" de Miguel Hernández, al que citábamos con frecuencia y era nuestra cábala, conjugado con la irrupción, para mi decisiva, de una novedosa mirada planetaria de los asuntos sociales. Luego vuelvo a ésto con el contenido del número.

Esta etapa se caracteriza, entre otras cosas, por dos procesos paralelos y asociados. El primero es el agravamiento de la crisis económica que debíamos enfrentar. Asociado a esto, el grupo comienza a desarrollar actividades de búsqueda de ingresos para sostener la revista, “fundraising” le diríamos ahora. Así, poco a poco, la producción de eventos artísticos comienza a competir con la producción literaria y periodística. Pero en definitiva, esa actividad también nos permitía desarrollar lo que queríamos mediante otros medios. Aprendimos muchísimo de esa etapa y varios de nosotros hicieron de esa experiencia su nuevo oficio como productores artísticos.

Para dimensionar un poco el caos económico, durante ese año el dólar pasó de 2.000 pesos a 10.000. Apenas asumido Lorenzo Sigaut, el ministro de economía de Viola, lanza su célebre frase “el que apuesta al dólar pierde”, al toque, la devaluación fue del 30%. De ese modo, los pocos fondos conseguidos con las ventas de ejemplares y de ventas de publicidad se nos pulverizaban a la velocidad de la luz.

Como ya lo señalé en Acuarela 3 el panorama político mostraba algunas señales de apertura, y no es casual que en ese contexto se creara la denominada “multipartidaria”, un nucleamiento de partidos políticos que deciden salir a la luz y, con mucha timidez, buscar expresar el descontento y las ya inocultables denuncias sobre el régimen. La “multipartidaria” fue una buena señal de que no todo estaba muerto o paralizado. Su primer documento es de julio de ese año y dice:
“…Por eso, no obstante su universalidad, la Convocatoria no es incondicional, no es neutral, no es indefinida. Es un pronunciamiento de la democracia, para la democracia. La solidaridad que se reclama, se quiere para asegurar un futuro consecuente con los ideales de la Nación Argentina.
Los ideales que exaltan la personalidad nacional, que afirman la libertad, la justicia y todos los derechos humanos; que aseguren una estabilidad política donde rijan tales principios sin solución de continuidad.
En un ámbito de desesperación, de angustias, necesidades, miedos e inseguridades, agravado por la crisis económico-social más profunda de la historia del país, la Convocatoria ofrece como primer elemento de solución, la solidaridad de los argentinos..."

La experiencia política de la Multipartidaria se reduciría a uno pocos meses, hasta la guerra de Malvinas, donde terminará jugando un papel lamentable. Allí esa agrupación de partidos mostró sus reales límites intelectuales e ideológicos. Pero en esos meses del ’81, fue importante su existencia, a pesar de los límites en los que debió moverse.

Los síntomas de “ablandamiento” del régimen, con la llegada de Viola y su incorporación de civiles, básicamente en gobierno municipales, pronto comienzan a revertirse. El agravamiento de la crisis económica y una incipiente movilización social opositora motoriza la llegada al poder de un sector que podríamos calificar como “más duro”, aunque esas categorías son producto de una sutileza extrema que, en aquellos tiempos, medíamos al milímetro.

El descontento de los oficiales de la línea dura con el gobierno de Viola impulsaron a Galtieri a ocupar en noviembre de 1981 la presidencia de la junta militar y en diciembre a destituir a Viola para ocupar la Presidencia de la Nación. Galtieri era un viejo conocido por los rosarinos. Galtieri había estado a cargo del segundo cuerpo del ejército con base en Rosario. Galtieri comandó desde 1976 la masacre realizada por la dictadura en la región Rosario y litoral.

De este modo, las cosas, que nunca habían cambiado demasiado, vuelven a ser tan enloquecedoras y sofocantes como lo venían siendo desde hacía varios años atrás.


“música de fondo para cualquier fiesta animada”

Hay un sonido que está muy ligado a mis recuerdos de aquellos momentos. Se trata del sonido de Jaco Pastorius. Tiene que ver con el descubrimiento de un mundo nuevo de la mano de una serie de músicos que nos hicieron saltar los tapones cuando parecía que todo sería agonía luego del derrumbe del rock progresivo y elsurgimiento del "no future" punk. El descubrimiento del jazz (y mucho más) de la mano del jazz-rock fue a finales de los ´70 y comienzos de los ´80 una verdadera bendición.

De toda esa bola de música, el sonido y estilo de Jaco Pastotius sobresalió y marcó la época. Ese sonido tenía, en la Argentina, bastante popularidad de la mano de Pedro Aznar, en Seru Giran. Lo de Aznar es realmente meritorio, a pesar de usar el mismo sonido del bajo “fretless”, nunca quedó como un choreo ni como una copia patética.


Una muestra, del clásico de Weather Report, el tema “A remark you made” de
“Heavy Weather” (1977) . Luego, “Esperando nacer”, del disco de Seru Giran “Peperina” (1981). La versión es en vivo y es la que aparece en 1982 en el disco “No llores por mí Argentina”.





De paso, cuando estaba escribiendo esto, aproveché para comprarme el primer disco solista de Pastorius, “Jaco Pastorius” (1976), para despuntar el vicio. Esta edición año 2000 viene con
bonus tracks y una edición especial con una larga nota escrita por Pat Metheny que arranca así:
"jaco pastorius may well have been the last jazz musician of the 20th century to have made a major impact on the musical world at large. everywhere you go,sometimes it seems like a dozen times a day, in the most unlikely places you hear jaco's sound; from the latest tv commercial to bass players of all stripes copping his licks on recordings of all styles, from news broadcasts to famous rock and roll bands, from hip hop samples to personal tribute records, you hear the echoes of that unmistakable sound everywhere. (it may even be more imitated at this point than the previously most pervasive jazz sound to escape into the broader culture beyond the local borders of jazz, the moody harmon mute stylings of miles davis). for all the caterwauling that has gone on about new musicians that have shown up in recent years being toted as the "next miles", or the "duke ellington of their generation", or whatever, jaco outranks all of them and all of that by being the one and the only of his kind, without predecessor; the only post 1970 jazz musician known on a first name basis with all music fans of all varieties everywhere in the world. from the depths of africa where he is revered in almost god-like status to the halls of most every music university on the planet. to this day, and maybe more than ever, he remains the one and the only JACO."
De ese disco extraigo los dos primeros tracks, "Donna Lee" (Charlie Parquer) y luego "Come on, Come Over" (Pastorius/Herzog). Ambas piezas deben ir juntas!

Cali


sábado, 15 de noviembre de 2008

anexo a lo anterior

Probablemente sea importante para complementar la entrada anterior ver estos dos links, la cobertura de Página/12 en el 2006 y el sitio que generaron los padres.

Cali

viernes, 14 de noviembre de 2008

"yo creo que sin querer, a dios de la siesta saqué"


Esta canción "no pertenece a ninguna discográfica" dice Spinetta. La canción emerge de uno de los peores dramas cotidianos de la Argentina. A mediados de octubre ya eran 1.899 los muertos en accidentes de tránsito durante el 2008, ni mencionar la cantidad de arruinados de por vida. La tragedia del colegio Ecos nos muestra lo más absurdo y demencial de esta enfermedad colectiva.
"8 de octubre" no está publicada "pero se difunde", la grabaron Spinetta, Gieco, Mollo y hay otras voces que no conozco.
Cali

08 de Octubre
(L.Gieco / L. A. Spinetta)

Abrazo y corazón, mi grito es el de tu voz
Viento y libertad, mi huella es la de tu andar
Fuego y fragilidad, lagrimas de tu humedad
Luna y bendición, mi brillo es el de tu sol.

Llevaré olor de vivir, toda sangre da siempre de sí.

Dos vidas salvaré, menos que lamentar
En andas te alzaré, verán los que no ven, jamás.

Pueblito y soledad, probreza que golpeó
De barro manos y pies, descalzo angelito.

Yo te doy, vos lo tomás, gracias doy por regalarme un día más.

El mapa agrandaré, para todos entrar
Revolución de amor, de paz y dignidad al fin.

Yo creo que sin querer, a Dios de la siesta saqué
Y ahora mis sueños crearán, más vida, mas felicidad.

Agua del cielo, mi fruto es el de tu flor
Olas de inmensidad, mi sal es de tu mismo mar
Heridas y curación, mensajero de tu cantar
destino de un lugar, mis fuerzas son tus caricias.

Una noche, hará mil días, mi naturaleza es ser semilla.

Las puertas abriré y la muerte escapará
Porque para aprender, hay tanto que saber perder.

Yo creo que sin querer, a Dios de la siesta saqué
Y ahora mis sueños crearán, más vida, mas felicidad
Mas vida, mas felicidad
Aquí, Luis Alberto Spinetta, en "A dos Voces", super-acelerado, recién bajado del escenario.


sábado, 8 de noviembre de 2008

La intimidad como espectáculo


Desde agosto he estado leyendo “La intimidad como espectáculo” (Fondo de Cultura Económica, 2008) de Paula Sibilia. Es parte de esta exploración que estoy haciendo desde el momento que inicié este blog a comienzos del año. ¿Qué encierran estas nuevas formas de expresión? ¿qué las alimenta? ¿qué las hace atractivas, funcionales y populares?


Estoy acostumbrado, y a esta altura diestro, en ejercitar una actitud crítica, y hasta diría, hostil, hacia las nuevas promesas tecnologías, nuevos desarrollos y todo tipo de “soluciones” que generosamente se nos ofrecen a diario. Porque si hay algo que he aprendido de los más inteligentes críticos sociales, es a dar la vuelta la carga de la prueba, no debo ser yo ni la sociedad la que debe demostrar que cierta oferta tecnológica es innecesaria, peligrosa o, directamente, dañina. Quienes compran espejos de colores y corren detrás de los “gadgets” del momento portan la misma ideología que alentó un desarrollo cientifico-tecnológico que nos dejó su ojivas nucleares, la industria química más tóxica, las mega-promesas que aplastaron pueblos enteros y este presente donde la atmósfera promete, con muchas ganas de cumplir, más temprano que tarde, que nos hundamos en la peor de las catástrofes humanitarias jamás imaginada.


Así, sobreponiéndome a mi recelo, me he dedicado a realizar este experimento conmigo mismo en esta dinámica que, ya no me deja lugar a dudas, ha modificado, y promete hacerlo mucho más, el espíritu de los tiempos y de quienes vivimos en ellos.


El blog es una profundización? / desvío? / zafarrancho? en un camino que inicié hace una pila de años cuando hice mi primer programa para una computadora que jamás llegué a ver (alojada en un sitio refrigerado y poco accesible), pero que respondía a órdenes dictadas mediante tarjetas perforadas (aquellas tarjetas Hollerith) en código Fortran.


El trabajo de Paula Sibilia es realmente muy bueno. Además cuenta con el agregado de ser un buen análisis de lo que sucede hoy, absolutamente contemporáneo, en un tema hiperdinámico, y lo hace desde esta región del planeta (Sibilia es Argentina).


Quizás en algunas partes del trabajo recurre a presentar conclusiones, las que no pongo en duda, pero sin demasiado esfuerzo por demostrarlas, sería más sólido si colocase algunas cifras que respalden tales dichos. Tal es el simple caso de señalar que hoy se lee menos ficción que obras de no ficción. No debería ser difícil comprobar tales cosas.


Pero, de todos modos, un libro realmente bárbaro.


Y seguiré haciendo el blog.


Cali


(Fragmento de “La intimidad como espectáculo”)


Pero, ¿cómo afrontar este nuevo universo? La pregunta es pertinente porque las perplejidades son incontables, acuciadas por la novedad de todos estos asuntos y la inusitada rapidez con que las modas se instalan, cambian y desaparecen. Bajo esta rutilante nueva luz, por ejemplo, ciertas formas aparentemente anacrónicas de expresión y comunicación tradicionales parecen volver al ruedo con su ropaje renovado, tales como los intercambios epistolares, los diarios íntimos e incluso la atávica conversación. ¿Los e-mails son versiones actualizadas de las antiguas cartas que se escribían a mano con primorosa caligrafía y, encapsuladas en sobres lacrados, atravesaban extensas geografías? Y los blogs, ¿podría decirse que son meros upgrades de los viejos diarios íntimos? En tal caso, serían versiones simplemente renovadas de aquellos cuadernos de tapa dura, garabateados a la luz trémula de una vela para registrar todas las confesiones y secretos de una vida. Del mismo modo, los fotologs serían parientes cercanos de los antiguos álbumes de retratos familiares. Y los videos caseros que hoy circulan frenéticamente por las redes quizá sea un nuevo tipo de postales animadas, o tal vez anuncien una nueva generación del cine y la televisión. Con respecto a los diálogos tipeados en los diversos Messengers con atención fluctuante y ritmo espasmódico ¿en qué medida renuevan, resucitan o le dan el tiro de gracia a las viejas artes de la conversación? Evidentemente, existen profundas afinidades entre ambos polos de todos los pares de prácticas culturales recién comparadas, pero también son obvias sus diferencias y especificidades.


En las últimas décadas, lo sociedad occidental ha atravesado un turbulento proceso de transformaciones que alcanza todos los ámbitos y llega a insinuar una verdadera ruptura hacia un nuevo horizonte. No se trata apenas de Internet y sus mundos virtuales de interacción multimedia. Son innumerables los indicios de que estamos viviendo una época limítrofe, un corte en la historia, un pasaje de cierto “régimen de poder” a otro proyecto político, sociocultural y económico. Una transición de un mundo hacia otro: de aquella formación histórica anclada en el capitalismo industrial, que rigió desde fines del siglo XVIII hasta mediados del XX –y que fue analizada por Michel Foucault bajo el rótulo de “sociedad disciplinaria”-, hacia otro tipo de organización social que empezó a delinearse en las últimas décadas. En este nuevo contexto, ciertas características del proyecto histórico precedente se intensifican y ganan renovada sofisticación, mientras que otras cambian radicalmente. En ese movimiento se transforman también los tipos de cuerpos que se producen cotidianamente, así como las formas de ser y estar en el mundo que resultan “compatibles” con cada uno de esos universos.


¿Cómo influyen todas estas mutaciones en la creación de “modos de ser”? ¿Cómo alimentan la construcción de sí? En otras palabras, ¿de qué manera estas transformaciones contextuales afectan los procesos mediante los cuales se llega a ser lo que se es? No hay duda de que esas fuerzas históricas imprimen su influencia en la conformación de los cuerpos y subjetividades: todos esos vectores socioculturales, económicos y políticos ejercen una presión sobre los sujetos de los diversos tiempos y espacios, estimulando la configuración de ciertas formas de ser e inhibiendo otras modalidades. Dentro de los límites de ese territorio plástico y poroso que es el organismo de la especie homo sapiens, las sinergias históricas –y geográficas-incitan algunos desarrollos corporales y subjetivos, al mismo tiempo que bloquean el surgimiento de formas alternativas.



Las condenas diarias de la tecnología

Página/12

Miércoles, 30 de Noviembre de 2005


Con la genética, la clonación, la inteligencia artificial, los celulares e internet no sólo cambian las nociones de vida, muerte y distancia. Se alteran también los sueños y deseos, así como la concepción misma de ser humano.


Por A. G.


La cárcel de la realidad no está hecha de barrotes de acero o paredes porosas que marcan el encierro. Sus muros son más inasibles y cotidianos, y se levantan cada vez que se toma algo por dado, naturalizando lo históricamente construido. Ocurre con los avances de la ciencia y los productos de la técnica tomados hoy como naturales e internalizados como cosas de todos los días. Y ocurre también cada vez que se esquiva la tarea de cuestionar lo férreamente asentado y disecar el presente. La dirección opuesta es tan ambiciosa como esquiva, y se orienta hacia el pensar el mundo examinando procesos menos visibles pero aún así, existentes. Ese es el caso de la antropóloga argentina Paula Sibilia (Universidad Federal de Río de Janeiro, Brasil), autora de El hombre postorgánico: cuerpo, subjetividad y tecnologías digitales (Fondo de Cultura Económica) en el que se sumerge en las bases filosóficas de la tecnociencia contemporánea y pone la lupa sobre las marcas que inflige el auge de la biología y la informática en la subjetividad humana.

Mejor lo cuenta usted: ¿de qué trata el libro?

Es una reflexión bastante amplia sobre cómo las nuevas tecnologías, en especial dos áreas de la tecnociencia, la teleinformática y las nuevas ciencias de la vida (genética, neurociencia, biología molecular), y sus descubrimientos recientes están afectando en la última década la forma en que pensamos la vida, la naturaleza y el cuerpo, y también, nuestra concepción de ser humano.

¿Y cómo analizó eso?

Mi estrategia fue contrastar el momento contemporáneo con la modernidad y, a pesar de las continuidades, intenté subrayar las rupturas, enfatizar lo que hay de distinto entre las dos épocas en lo que refiere a las máquinas y al cuerpo. Así hago un recorrido por la transición entre la metáfora del “hombre-máquina” (la figura del sujeto robotizado, mecanizado, el mundo como máquina y reloj, las leyes mecánicas como formadoras del universo) y otro conjunto de metáforas que ahondan más en lo digital que en lo mecánico y analógico. Las metáforas mecanicistas para pensar el cuerpo humano están perdiendo fuerza y cediendo terreno a imágenes y metáforas nuevas que vienen con el paradigma de las tecnologías digitales.

¿Por ejemplo?

Un ejemplo bastante claro es el código genético, la idea de un programa de instrucciones comandando el cuerpo humano y definiendo lo que es cada uno; como si fuera un software, como si nuestro sistema operativo fuese el ADN.

Más o menos la idea de máquina está todavía presente ahí, casi escondida.

Sí, pero las máquinas actuales no son las máquinas “clásicas” de las fábricas, como en esas donde Chaplin se metía en los engranajes. Esas máquinas eran puro hardware, todo hierro y poleas. Las máquinas contemporáneas digitalizadas tienen software, o sea, están animadas por un programa o instrucciones. El cuerpo humano, la vida y la naturaleza se empieza a pensar como una máquina de este tipo.

¿Cómo se filtran estas metáforas? ¿Cómo circulan?

Hay una dispersión constante a partir de los medios de comunicación, los anuncios de nuevos descubrimientos sobre el código genético, clonación, transgénicos, inteligencia artificial, las nuevas versiones de los dispositivos (celulares, palms, acceso y conexión a internet).

Que se naturalizan...

Exacto. Forman parte del paisaje, nos volvimos compatibles con esas máquinas. Hasta incorporamos los gestos inconscientemente, como actos reflejos.

Y ni hablar de la adopción de palabras en el vocabulario cotidiano.

Sí, usamos cotidianamente palabras como “descargar”, “ponerse las pilas”, “enchufarse”, “colgarse”.

El ejemplo perfecto de nuestra dependencia de la tecnología es cuando se corta la luz. Uno se siente totalmente desamparado.

Lo cómico es que uno sabe que se cortó pero aún así uno tiene el impulso por prender la luz, el ventilador. Todo eso está tan naturalizado y forma parte del paisaje como antes era el mundo industrializado y antes de eso la idea de la naturaleza encantada, divinizada, sacralizada de la Edad Media. Es como si fuesen narraciones cosmológicas, relatos del mundo y del hombre, que estarían mutando.

¿Pero hay continuidades entre la noción del mundo mecanizado y el actual?

Bastantes. Todavía seguimos siendo cuerpos disciplinados, dóciles y útiles como decía Michel Foucault. Pero hay algunos cambios. No somos exactamente eso. El auge de la genética y el desciframiento del código genético contribuyó a expandir esa retórica. Una metáfora que está operando actualmente es la de la vida como información. Viene de mediados del siglo XX con el descubrimiento de la forma helicoidal del ADN por parte de Watson y Crick. Pero para que esta idea pasara al sentido común demoró bastante tiempo. Ahora para nosotros es cosa de todos los días.

¿En dónde se ve eso?

En los discursos alrededor de las terapias genéticas y en el auge del determinismo genético más grosero en los medios de comunicación. Es como si todo fuese genético y todo estuviera determinado por un gen. Vos sos así porque tenés o no tal gen. Es como si fuese el horóscopo. La diferencia con el zodíaco es que el sueño de esta tecnociencia estaría en que se va a poder cambiar, reprogramar.

Es una reactualización del dilema entre el peso del ambiente y lo dado.

Hay una tendencia biologizante muy fuerte. La diferencia es que el hecho que sea genético ahora no implica que sea indeleble.

En la introducción de El hombre postorgánico dice que se está terminando la edad del hombre, ¿a qué se refiere?

Todos estos discursos sobre lo posthumano, lo postorgánico, la postevolución de los últimos años que aparecen en el ámbito académico, en el arte, la literatura, se basan en el discurso del cuerpo obsoleto y del hombre como algo limitado. Lo que impera se podría definir como la “tiranía del upgrade”: la constante necesidad de mejorar la condición humana, potencializarla, superar los límites que son relativos a la configuración orgánica del cuerpo humano tanto a lo espacial –de ahí la importancia de los celulares (estar siempre conectado a las personas) y de internet (tener acceso al mundo) que eliminan las distancias– como lo temporal –la lucha contra el envejecimiento, las enfermedades, contra la muerte–. Son discursos que tienen mucha resonancia. Indican inquietudes presentes.

Lo que está diciendo es que con la tecnología actual no sólo cambia nuestra forma de contacto con el mundo sino también la imagen que tenemos de nuestro cuerpo, ¿no?

Claro. Ahora se están generando otro tipo de cuerpos, más ávidos que disciplinados. Sería otro perfil subjetivo el que sería privilegiado, estimulado. Es un cuerpo también ansioso, superexcitado, incitado a consumir constantemente, un cuerpo que quiere siempre algo nuevo, experiencias extremas, lo cual antes estaba mal visto. Eso se ve en las características que se buscan en el mercado laboral: no es el sujeto responsable, capaz de cumplir horarios, disciplinado el que más se cotiza en la sociedad contemporánea. Lo importante son otras habilidades como la flexibilidad, la agilidad mental, la buena imagen, la simpatía. Es otro tipo de sujeto.

Y todo esto a causa de las tecnologías que no son inocentes...

No son neutras mejor dicho. No todas las sociedades se someten a ellas de la misma manera. Son fuerzas construidas históricamente. Eso no quiere decir que sean determinantes, pues hay formas de escapar y resistir.

Aunque siempre aflora lo que usted llama la “tiranía del upgrade”.

Sí, una incitación constante a actualizarse, si no uno queda viejo, obsoleto, anacrónico, anquilosado. Uno siempre tiene que estar al tanto de las últimas novedades, las últimas noticias. A esto se le suma que uno siempre tiene que ser joven y ágil porque si no uno queda relegado. En la publicidad y el marketing lo que más se valora es ese tono juvenil; como si la creatividad fuese una cualidad de la juventud únicamente. Es el modelo de felicidad actual.

¿Cambia la noción de confort que siempre estuvo asociada a la tecnología?

Va cambiando de forma. Antes lo confortable era quedarse en casa, protegido del mundo. Ahora probablemente el confort sea otro: es tener acceso a información de todo tipo todo el tiempo, acceso a sensaciones nuevas. La gran distinción contemporánea no sería poseer cosas sino tener experiencias únicas, ser un coleccionista de sensaciones.

Y por ende también cambia la idea de intimidad. Eso se ve un poco en el auge de los blogs o cuadernos personales en internet.

Junto a la omnipresencia de los reality shows, los blogs, fotologs o videologs son parte de un mismo fenómeno que gira en torno a mostrar la intimidad. Es también un cambio de perfil subjetivo. La idea de intimidad y privacidad es algo relativamente nuevo en la historia de occidente: tiene dos siglos solamente. Se terminó de configurar a principios del siglo XX con la necesidad de tener un cuarto propio –donde el yo se desarrolle– donde protegerse del ambiente público, cada vez visto como más amenazante. Eso estaría en crisis. Es como si esa intimidad oculta estuviera secándose y migrando hacia la superficie de la piel: uno es no tanto ese yo interior si no lo que uno muestra con el cuerpo, con el cuerpo, la forma de vestir. “Si no me ven en una pantalla, no existo”, sería la idea en boga.

Tristemente, tanto como que no tenemos más espacio



Para terminar, el tema que me rondó en la cabeza mientras tanto: "quiero ver un tren" de Luis Alberto Spinetta, aquí en su versión de MTV unplugged (1997), originalmente de su disco "Mondo di Cromo" (1983)



martes, 4 de noviembre de 2008

Tiempo de lluvias


Repentinamente me encontré aterrizando en el otoño del hemisferio norte. Más otoño que nunca. Todo lo que podemos imaginar que es el otoño, allí estaba. La lluvia, la niebla, el frío que comienza y la naturaleza que se repliega. Inmediatamente me vino a la cabeza esas canciones que uno ha incorporado a lo largo de la vida, quizás en aquellos momentos en que uno es especialmente permeable. No nos olvidemos que el tiempo pasa y nos vamos poniendo tecnos. Así empecé a cantar “balada de otoño” de J.M. Serrat e inmediatamente me salto la ficha de que ese tema fue una pequeña obsesión de años atrás. “Balada de otoño” es un tema que forma parte del disco de 1969 con el que Serrat se hizo conocido en Argentina. De hecho es el primer LP en español del catalán. Además de un buen tema, existe una especie de saga.
Balada de otoño (1969)
Letra y Música de J.M. Serrat
Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados,
sobre los campos,
llueve.


Pintaron de gris el cielo
y el suelo
se fue abrigando con hojas,
se fue vistiendo de otoño.
La tarde
que se adormece

parece
un niño que el viento mece
con su balada en otoño.

Una balada en otoño,
un canto triste de melancolía,

que nace al morir el día.

Una balada en otoño,
a veces como un murmullo,

y a veces como un lamento
y a veces viento.

Llueve,

detrás de los cristales,
llueve y llueve

sobre los chopos
medio deshojados,

sobre los pardos tejados

sobre los campos,
llueve.


Te podría contar
que esta quemándose
mi último leño en el hogar,

que soy muy pobre hoy,
que por una sonrisa doy
todo lo que soy,
porque estoy solo y tengo miedo.

Si tú fueras capaz
de ver los ojos tristes
de una lámpara y hablar

con esa porcelana
que descubrí ayer

y que por un momento
se ha vuelto mujer.


Entonces,
olvidando

mi mañana y tu pasado
volverías a mi lado.


Se va la tarde y me deja
la queja
que mañana será vieja
de una balada en otoño.

Llueve,
detrás de los cristales,
llueve y llueve

sobre los chopos medio deshojados...
Ese mismo año Serrat publica “temps de pluja” de 1969 en un simple.
Temps de pluja (1969)
(Versión Single)

Letra y Música de J.M. Serrat
Qualsevol dia al capvespre
darrere de la finestra

sents el seu alè de tardor,
trist i dolç és com un plor
que el vent ens acosta
i que truca a la porta.

Ell seu a taula,
el sents allí,
no li cal dir una paraula,

per saber que ha arribat
al fi
el temps de pluja,
temps d'estimar-se a mitja veu,
de collir el que van llençar a tot arreu,

és el temps de pluja.

Cal tornar a buidar
l'armari
mentre els fulls del calendari
van caient sense fer soroll,
d'oblidar la barca al moll,
quan mai no s'acaba l'amor ni l'estimada.

Ell seu a taula, el sents allí,
no li cal dir una paraula,

per saber que ha arribat
al fi
el temps de pluja,
temps d'estimar-se a mitja veu,
de collir el que van llençar a tot arreu,
és el temps de pluja.

A prop del foc,
per a tots dos hi ha lloc.

(traducción del catalán)
TIEMPO DE LLUVIA
Cualquier día al atardecer
detrás de la ventana
sientes su aliento de otoño,
triste y dulce
es como un llanto
que el viento nos acerca
y que llama a la puerta.

Él se sienta a la mesa,

lo notas allí,
no le es preciso decir una palabra,

para saber que ha llegado
por fin
el tiempo de lluvia,
el tiempo de amarse a media voz,
de recoger lo que esparcimos
por todas partes,

es el tiempo de lluvia.

Hay que volver a vaciar el armario
mientras las hojas del calendario
van cayendo sin hacer ruido,
de olvidar la barca en el muelle,
cuando nunca se acaba
el amor ni la amada.


Él se sienta a la mesa,
lo notas allí,
no le es preciso decir una palabra,
para saber que ha llegado
por fin
el tiempo de lluvia,
tiempo de amarse a media voz,
de recoger lo que esparcimos
por todas partes,
es el tiempo de lluvia.

Cerca del fuego,
para los dos hay sitio.

Pero ese mismo año graba una versión en español de ese tema, también publicada originalmente en versión “single”. Luego ese tema en catalán se incorpora en un disco LP fantástico de 1970 titulado
“Serrat/4”. Se llama así porque era el cuarto disco de Serrat en catalán. La versión en español “tiempo de lluvia” nunca formó parte de ningún LP, sólo entró en las nuevas reediciones en CD que incluyen singles y versiones alternativas. Siempre me fascinó ese final en el que se modifica la melodía y la estructura de los versos. En ese tiempo a Serrat le salían todas.

Tiempo de lluvia (1969)
(versión single)

Letra y Música de J.M. Serrat
De la noche a la mañana

llega junto a la ventana
con su frío aliento otoñal
y se acuna en el cristal
en un suave baile
entre los brazos del aire.


Sin saber cómo
de gris la casa se vistió,

como el plomo
el día amaneció.


Es tiempo de lluvias,
tiempo de amarse a media voz,
de oír de nuevo el tic-tac del reloj.

Es tiempo de lluvias.

De vivir de beso en beso
entre paredes de yeso

y dejar los días correr sin mañana
y sin ayer

porque no se acaba
ni mi amor,
ni mi amada.


Sin saber cómo

de gris la casa se vistió,

como el plomo el día amaneció.

Es tiempo de lluvias,
tiempo de amarse a media voz,
de oír de nuevo el tic-tac del reloj.

Es tiempo de lluvias.

Acércate, ven y siéntate.