viernes, 30 de diciembre de 2011

En el 2012 no se acaba el mundo ¿Qué vas hacer?

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Aprovecho estos días entre las fiestas para escribir estas líneas, un ejercicio que hice en los últimos cambios de calendario.

Al igual que en años anteriores, en diciembre aparecen las repetidas y cada vez más deslucidas crónicas de los desencuentros y pocos avances de las cumbres climáticas. Este año el epicentro geográfico fue Durban, Sudáfrica.

Los titulares, otra vez, abundan en palabras como “fracaso”, “estancamiento”, “pocos avances”, “pobres resultados”, etc. Nada sorprendente. Todo fue tal como racionalmente era de esperarse. En “Unos de mis deseos para el 2011” describí algunas de las razones que observo y que nos están deslizando cuesta abajo en el fracaso climático. Sin abundar en lo ya escrito allí, la falta de liderazgo político ha sido fatal para otro año más de inacción.

Odio repetirme, por eso recomiendo pegarle una ojeada a lo escrito en varios artículos en los último meses. En uno de ellos describo lo que es para mi, a esta altura, un sano pesimismo climático, ya que supongo que lo irracional no es nada sano. Por lo menos, en estos temas.

Es absolutamente irracional y adormecedor, por ejemplo, hablarle a la gente de las “cosas que hay que hacer para proteger el clima” si sabemos, dramáticamente, que lo que está destruyendo el clima es enormemente superior a todo esfuerzo individual. También es ofensivo a la inteligencia humana la práctica de hacer política en base a mentiras, tanto sea en su versión “negacionista” como las de aquellos que irradian un optimismo verde trucho-pálido. Es claro que es mucho más cómodo hacer política evitando dar las malas noticias. Obvio.

Veamos dónde estamos: Las emisiones mundiales de dióxido de carbono por la quema de combustibles fósiles han aumentado en un 49 por ciento en las últimas dos décadas, según las cifras más recientes recopiladas por el Global Carbon Project (GCP). En promedio, las emisiones de combustibles fósiles han crecido un 3,1 por ciento cada año entre 2000 y 2010, es decir, tres veces la tasa de crecimiento durante 1990; y se prevé que ha seguido subiendo en un 3,1 por ciento en 2011.

Además, las emisiones totales --que combinan la combustión de combustibles fósiles, la producción de cemento, la deforestación y otras emisiones-- alcanzaron los 10 mil millones de toneladas de carbón en 2010.

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La concentración de CO2 en la atmósfera alcanzó las 389,6 partes por millón.

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Las mayores contribuciones al crecimiento de las emisiones globales en 2010 fueron producidas por China, Estados Unidos, India, Rusia y la Unión Europea.

"Las emisiones mundiales de CO2 desde el año 2000 se están acercando a las proyecciones hechas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, que exceden los 2 grados de calentamiento", afirma la coautora del estudio del GCP, Corinne Le Quéré, directora del Centro Tyndall para el Cambio Climático y profesora en la Universidad de East Anglia, quien añade que, sin embargo, "los gobiernos se han comprometido a mantener el calentamiento por debajo de los 2 grados centígrados para evitar sus aspectos más peligrosos, tales como la escasez de agua generalizada, el aumento del nivel del mar, y el aumento de eventos climáticos extremos”.

Del dicho al hecho, hay un enorme trecho.

Algunos creen en la pavota idea que el 2012 significará el fin del mundo. Lo siento. No sólo no lo creo sino que tengo la absoluta certeza de que no vamos a ver semejante espectáculo. 

En cambio, si estamos teniendo el enorme privilegio de ser la generación que, en el final de la era del petróleo, estamos dejando al planeta en condiciones totalmente diferentes a cómo lo habíamos agarrado. Por cierto, bastante peor. La era del petróleo llega a su fin, es inexorable. Podemos ponerle fin de manera… revolucionaria, cambiando a tiempo, generando una nueva cultura post combustibles fósiles o podemos declinar con él y llevarnos puesto al planeta entero. Miren el privilegio que tenemos! Y no depende de una leyenda maya. Depende de lo que hagamos con nuestra economía y nuestra política.

Como suele decirse, la edad de piedra no se terminó porque se acabaron las piedras, o como ocurrió con la era del bronce, tales períodos históricos llegaron  a su fin porque aparecieron nuevas tecnologías y herramientas que transformaron la civilización. El petróleo agoniza lentamente, pero no tan rápido como para evitar el colapso climático. La encrucijada es: salimos de la era fósil minimizando la destrucción climática o agonizamos con el petróleo.

Nos estamos encaminando a una situación de exterminio masivo de biodiversidad sobre la tierra. Estamos iniciando una etapa de pérdida de biodiversidad producto del cambio climático que no se asemeja a ninguna otra que el ser humano haya vivido. La destrucción generalizada de diferentes ecosistemas hace correr el riesgo de nuestra supervivencia misma como especie. Exagerado? Pesimista?

Un ascenso de la temperatura entre 1,5°C y 3,5°C implicará una pérdida de biodiversidad vegetal y animal que puede oscilar entre un 20% y un 70% en sólo 100 años. Pocas veces se experimentó semejante pérdida de biodiversidad en la historia de la Tierra. Recuperarla lleva un tiempo, alrededor de 10 millones de años. Recordemos que las actuales tendencias nos conducen derechito a un aumento del 4°C. La pérdida de numerosos ecosistemas, especialmente bosques, y de la diferentes formas de vida que ellos sustentan, indican un panorama desolador. Semejante nivel de pérdida de biodiversidad hace dudar del futuro de la humanidad misma.  image

Al inicio de la Cumbre en Durban, se hicieron conocer una serie de datos e informes por parte de diversos organismo internacionales. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) señaló que las temperaturas mundiales de 2011 son actualmente las décimas más altas registradas, y superan a las de cualquiera de los años anteriores durante períodos La Niña, que suelen influir a la baja en la temperatura. Los 13 años más cálidos han sucedido, sin excepciones, durante los 15 años transcurridos desde 1997.

Este año el Artico fue un sitio ampliamente navegable. Estas fotografías generaron corridas en diversos organismos estatales y una gran preocupación en muchísimas corporaciones del planeta. Pero la premura obedecía a que ahora era posible acceder al petróleo y minerales, tales como el oro, que se encuentran en el lecho marino y que hasta ahora estaba cubierto de hielo y por lo tanto inaccesible. Una nueva frontera de explotación de minerales de todo tipo se está abriendo y por ende movilizando recursos y decisiones políticas al más alto nivel.

Si le sacáramos una foto al Protocolo de Kioto, se lo vería más raquítico aún.

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Los resultados obtenidos o no durante la reunión de Durban no son tan relevantes como lo ocurrido inmediatamente después. Canadá anunció descaradamente su retiro del Protocolo de Kioto. Ese es el gran resultado de Durban. Lo que debía ser un proceso de fortalecimiento de la continuidad de un régimen de reducción de emisiones que le de continuidad al Protocolo de Kioto se convirtió en un desgajamiento que no parece escandalizar lo suficiente, al punto que Canadá se sale del juego porque no piensa cumplir y le saldría caro hacerlo. “Allá vamos!” (dicen en voz baja, y no tan baja, varios países más).

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En el 2012 no se acaba el mundo. Se acaba el Protocolo de Kioto. ¿Qué vamos a hacer?

domingo, 11 de diciembre de 2011

democracias

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Hoy es un día importante porque se produce un recambio (bueh!) de autoridades en el orden nacional y en las provincias. Sin duda que es una fecha importante en el devenir de las instituciones públicas. También lo son las fechas de elecciones y demás pasos institucionales que muestran una continuidad en el ejercicio democrático. OK.
Dicho lo anterior, digo, ¿no es medio salame estar repitiendo cada vez que hay elecciones y cambio (bueh) de autoridades que “es una fiesta de la democracia”, que “debemos valorizar la democracia”, que “es un privilegio vivir en democracia” y tanta bobada y frase hecha?
Digo porque, en algún punto, debemos otorgarnos el permiso de “pasar de pantalla”, superar la reverencia boba hacia el sistema democrático, dejar definitivamente atrás los fantasmas de la dictadura y dejar de utilizarlos como recordatorios de lo valioso que es “ésta” democracia y ponernos a mirar seriamente qué hacemos con la democracia.
Objetivamente, hablo de pasar de pantalla porque estoy convencido que en Argentina el sistema “democrático” no corre riesgos. Si alguien tiene alguna duda, la crisis de 2001/2002 lo puso definitivamente a prueba.
Ahora bien, sucede que si dejamos de lado el "fantasma” y dejamos la bobada de la “fiesta democrática” nos tendremos que poner a pensar seriamente qué sucede y cómo avanza la democracia.
Quiero decir, el dilema no es democracia si o democracia no. El dilema es qué estilo y qué grado de democracia queremos, construimos o elegimos cuando elegimos.
Este es el punto. No hay una democracia. Hay democracias y democracias.
Sospecho que detrás de los “fantasmas” del pasado (golpes, crisis, etc.) se esconde una trampa. La trampa del conformismo, “mejor conformate con esto, porque acordate lo que era aquello”.
El recientemente fallecido Guillermo O´Donnel escribió bastante sobre esto y las democracias en América Latina. Esa trampa deriva en lo que él denominó las “democracias delegativas”.
Una cita de O’Donnel:
La Voz del Interior, 6/9/2009
"Desde que tenemos democracia ningún gobierno se ha salvado de la tentación de perpetuación del elenco gobernante. Para ello hay un recurso típico: adoptar una práctica delegativa o decisionista de gobierno que se sustenta en leyes de emergencia que se prolongan indefinidamente. Las facultades extraordinarias resultantes son una droga muy peligrosa: permiten hacer muchas cosas en el corto plazo pero erosionan terriblemente las instituciones políticas y estatales cuyo sustento es indispensable cuando pasa la época de las vacas gordas."
Comparto la nota que publica hoy Beatriz Sarlo:
Cali

Cristina Kirchner, en el inicio de su segundo mandato

La victoria da derechos

Por Beatriz Sarlo | Para LA NACION (10/12/11)


Tiene todas las razones para sentir que ha llegado adonde, hace diez años, ni siquiera se lo proponía.
El peronismo es vertiginoso. José Luis Romero llamó a la Argentina "país aluvial", porque los inmigrantes lo cambiaron en pocas décadas. El peronismo tiene esa cualidad. Movimiento aluvial, que Perón formó primero con retazos: caudillos provinciales conservadores, dirigentes sindicales que abandonaron el socialismo y hombres en disponibilidad para la aventura nacional. El líder de ese ejército tradujo a la Argentina en términos políticos. Fue el gran interpretador, en épocas en que todavía no era fashion la palabra "relato". Quien acierta en la interpretación, representa a los interpretados.
El peronismo también es un portaaviones, donde no se examinan demasiado los papeles de quienes aterrizan en su plataforma. Poroso y abierto a las incorporaciones, necesita, por eso mismo, de la lealtad hacia el dirigente como garantía de que los nuevos, o los que vienen de otras líneas internas, reconozcan la voz de mando. El peronismo tiene una jerarquía de valores que son imprescindibles a su estilo: verticalidad y lealtad, por encima de innumerables peleas, ambiciones e intrigas. Los ascensos y los descensos tienen lugar según la regla de la obediencia a quien dirige. Por eso, Menem tuvo como leales a casi todos los leales al kirchnerismo. Por eso, también, existen las promociones más veloces que la luz y los descensos fulminantes.
La plasticidad del peronismo ha sido la razón de su supervivencia y de los giros de 180 grados que le echan en cara quienes no comprenden que interpreta a la Argentina. Lo que a Cristina Kirchner le gusta llamar "el relato" es eso: poner en discurso el aire de la época (que también captó Menem). Trazar una línea de tiempo: estábamos en el infierno, pasamos al purgatorio, para sintetizarlo con una frase de Néstor Kirchner.
Esa fórmula expresó con sencillez un principio de esperanza, sostenido en un haz de medidas de gobierno, organizadas sobre tres ejes: la memoria de los años 70, los planes sociales y la abstención a reprimir las protestas. Las inconsistencias se hacen visibles a medida que salimos de la crisis y nos acercamos al presente. La inflación real corroe el alcance de los planes; el desempleo y el empleo en negro atentan contra los derechos. Se tiroteó a los que reclamaron tierras en Jujuy y en Santiago del Estero, y a empleados públicos en el Chaco; la gendarmería comenzó a desalojar piquetes. El futuro de la protesta social no tiene asegurado la paciencia benevolente del kirchnerismo y su liga de gobernadores.
Otro capítulo concierne a la definición de amigos y enemigos: todos recuerdan los "destituyentes" de la resolución 125 y los "apropiadores" de la ley de medios. Separaciones nítidas. No estoy juzgando la verdad intrínseca de esas denominaciones, sino su cualidad para organizar el campo de conflicto. Esta fue una especialidad de Néstor Kirchner, su forma de transmitir las batallas del Gobierno.
La forma en que la Presidenta las transmite tiene algunas diferencias. Su muy reciente aporte al discurso hegemónico es la búsqueda de un momento de unidad imaginaria entre sectores que compiten por la distribución de los ingresos. Ella sabe que esa competencia es inevitable. Pero tiene un plan: que el Estado (es decir, ella misma) la habilite o la suspenda. Eso es lo que le está diciendo a la CGT en los últimos meses, con un enternecedor llamado a la cooperación social. Moyano se da cuenta de que la cosa va contra él y se abroquela.
Se necesita mucha institucionalidad, en diferentes niveles, para que un pacto tramite los conflictos por la distribución del ingreso, en un país donde hay un 30% de pobres y millones de excluidos. La Presidenta se concibe a sí misma como pivote y única garantía de una discusión que abra ese gran tema nacional. Es cierto que tiene una idea exaltada de su capacidad, pero no será suficiente. Donde cosas así funcionan, las instituciones políticas y corporativas, de arriba abajo, también funcionan plenamente. En los próximos cuatro años se acentuará la protesta que tendrá como motivo una menor disponibilidad de recursos estatales. A la Presidenta, que monopoliza las decisiones sobre los recursos, quizá le toque ahora monopolizar también las consecuencias de sus propias decisiones.
Cristina Kirchner tiene dos creencias. La primera, de índole subjetivo, concierne a su autoestima. La ratificación de su gabinete (excepto cambios imprescindibles por el paso a otras funciones electivas) indica un pensamiento rector: nada se ha hecho mal. Si se reconociera que algo no salió del todo bien implicaría que ella misma, la Presidenta, ha fallado, ya que se presenta como inventora y motor omnisciente. La segunda es que el poder sólo está en el vértice y es indivisible, porque cualquier otro esquema no vuelve al poder más democrático sino que lo pone a disposición de sus enemigos. Por lo tanto, sólo ella enuncia. Entre la Babel del conflicto de posiciones, que no permite el momento indispensable de la unidad resolutiva, y el unicato personalista, eligió el personalismo y las decisiones secretas. No sabemos si sostendrá el estilo hasta el final de su segundo mandato. Por el momento prorrogará la ley de emergencia económica, que es, entre otras, una máquina concentradora de decisiones.
Sin tocar el tema de la sucesión, que quedará abierto a partir de mañana, otras complejidades están en el horizonte, sobre todo si las elecciones de medio término no son tan favorables al kirchnerismo como fueron las presidenciales; sobre todo si las "medidas de austeridad" tocan el nervio de las capas medias, que, como en los años 90, creyeron que la bonanza podía durar más de lo verosímil; sobre todo si algunas líneas intransigentes del sindicalismo (que se sienten amenazadas y con las que la Presidenta no simpatiza) ganan la calle.
Otro desafío, más importante, es dejar una construcción a largo plazo, algo del orden material o institucional. La Presidenta tiene cuatro años para corregir los errores y omisiones cometidos en términos de políticas energéticas, territoriales (transporte, ecología, industrias depredadoras) y en términos de distribución (la reforma de un sistema impositivo donde el IVA deje de ser la vía de transferencia hacia arriba de los ingresos). Quizás haya tiempo para encarar esas tareas que dejarían un balance más perdurable.
De todos modos, la Presidenta inicia su segundo mandato como figura reconocida en la escena política latinoamericana. Néstor Kirchner, cuando terminó su gobierno, pasó a la Unasur. Su viuda acaba de firmar con decenas de presidentes latinoamericanos la carta fundadora de la Celac. En 1985, Raúl Alfonsín suscribió con el brasileño José Sarney un acuerdo de integración, que anunciaba el Mercosur, cuyo tratado ratificaron, en Asunción, en 1991, Menem y Collor de Mello. El final de ambos en los tribunales de sus respectivos países no alcanza para opacarlo. Es posible que cuando Cristina Kirchner termine su presidencia, la Celac todavía esté organizándose, pero eso no le quita significación, como tampoco aligera sus problemas.
¿Por qué señalar el final de lo que hoy comienza con el juramento de Cristina Kirchner? Porque es la única apuesta relativamente segura. Duhalde también tendrá en su balance la confianza que ganó mientras estuvo en la Comisión Permanente de Mercosur y activó en la fundación de lo que poco después se llamó Unasur. Son proyectos a largo plazo y pensar en ellos permite hacer foco sobre un futuro que, en otros términos económicos y políticos, no parece asegurado. Los Kirchner no trabajaron para perfeccionar la democracia ni para liberar a los sectores populares del tutelaje de caudillos provinciales y locales del más alto conservadurismo. Esto no figura dentro de sus cualidades ni de su espontaneidad. Pero hicieron un aporte en la construcción de una idea de nación inserta en América latina.
La Presidenta ha demostrado que no figura en la lista de sus deberes escuchar distintas voces. Ganó limpiamente las elecciones. Cree que la victoria da derechos. Sería inútil pedirle que abra el juego y no se limite al pequeño círculo político que ha elegido. Justamente hoy, en esa plenitud tan segura como frágil, no necesita consejos porque no va a seguirlos. Mientras pueda, hará lo que quiera. Después, veremos cómo encara los obstáculos que se planteen a su voluntad política, acostumbrada, como está, a tener la voz de mando, pese a sus vistosos y emotivos efectos de discurso.


viernes, 2 de diciembre de 2011

Então é Natal

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Esta nota, publicada esta semana, me viene bien para finalizar con algunos apuntes del año 1995.

Como ya dije en la entrada previa en esta historia, 1995 fue un año de enorme suceso para Simone, El año había arrancado con el lanzamiento de “Simone Bittencourt de Oliveira” que no sólo tuvo muy buena repercusión de críticas y ventas, sino que además el show que lo acompañó, “sonho e realidade”,  arrancó a mediados de ese año y finalizó recién en los primeros meses de 1996. Otra vez teníamos a Simone a pleno.

Voy con un temita más del disco:

 

Siempre son interesantes y divertidos los reportajes de Jo Soares, aquí va íntegro la visita de Simone en mayo de 1995 presentando disco y show y, al final, hace el tema “O que é Amar” (Johnny Alf) 


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Si les da, aquí otra interesante entrevista de Simone hablando del disco (Programa Perfil, Otávio Mesquita)


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Luego de este disco Simone cierra la etapa contractual con la Sony (aunque quedará debiendo un trabajo en español) y cierra un contrato nuevo con la Polygram. Si bien la etapa CBS/Sony fue la más despareja de toda su carrera, la cerró con de manera óptima.

Entonces, llegó Navidad.

Con su nuevo sello, Simone decide lanzarse a un proyecto complicado, arriesgado y con poco tiempo, en medio de la gira de “Sonho e Realidade”. Simone lanza para ese fin de año el disco “25 de Dezembro”, un disco dedicado a temas navideños con el que hizo cantar a medio Brasil por esos días, un disco que, para dar una idea, en dos meses, ya había vendido 1,5 millones de copias.

“Entao e Natal” es la versión en portugués del “Hapy Christmas (the war is over)” de Lennon, tuneada con temática nuclear, ya que ese año había estado fuertemente marcado por las protestas contra la última serie de pruebas nucleares realizadas por Francia en el Pacífico (Mururoa). image

Difícil describir semejante éxito y al mismo tiempo el desconcierto y la sorpresa: ¿qué era esto?, ¿Un disco kitsch?  puede ser, claro.¿Efectista? también. Pero Simone supera todos esos juicios, el público acompaña masivamente el proyecto y lo transforma en uno de los éxitos más grandes en la historia discográfica de Brasil.

Ao lançar, no ano passado, o disco natalino 25 de Dezembro, a cantora Simone quebrou um tabu. Ao contrário do que ocorre nos Estados Unidos e na Europa, os cantores brasileiros não têm o costume de lançar, no mês de dezembro, discos com músicas de Natal (Veja, 1996).

Para muchos, la mayoría, no es lo mejor de Simone. Para otros es un trabajo malo, hecho a las apuradas. Para mí no es un disco desastroso, el proyecto es bien complicado, sin embargo ha sobrevivido al tiempo. Por otro lado, los fines de año siempre fueron momentos muy particulares para Simone, el festejo de su cumpleaños que coincide con la navidad y el clima de fin de año fueron motivos de muchos conciertos especiales desde hacía tiempo. Con este disco queda definitivamente asociado la celebración navideña y de fines de año con algún tipo de festejo por parte de Simone. Y temas de este disco, siempre aparecen en ellos.

Aquí, Simone y el coro con el que había grabado en el disco, Meninas Cantoras de Petrópolis, también en el Programa do Jô, en SBT, en diciembre de 1995.

La sociedad Simone y las fechas de Navidad quedan asociadas definitivamente. Por ejemplo, Simone participó hace pocos días de la inauguración de “Natal da Luz” en la ciudad de Petróppolis (RJ). En este caso el proyecto contó con un coral de 400 voces y orquesta.

En ese show hubo dos partes, una en la que simone hizo parte de su actual show y luego una serie de temas navideños con los corales. Esa mezcla increíble que logra Simone, donde puede pasearse por un repertorio plagado de guiños que la convierten en un símbolo de la libertad sexual y hacérselo cantar a un público navideño!. Eso es parte de una magia muy compleja y una relación tan especial con su público.

Aquí “Fullgás” (Marina Lima), la sincronía de audio y video fluctúa ya que está tomado de transmisión por internet.

El año pasado en Río de Janeiro, en celebración similar, esta vez, con Milton Nascimento, haciendo “Nos Bailes da Vida”

 

Nos Bailes da Vida

Foi nos bailes da vida ou num bar
Em troca de pão
Que muita gente boa pôs o pé na profissão
De tocar um instrumento e de cantar
Não importando se quem pagou quis ouvir
Foi assim

Cantar era buscar o caminho
Que vai dar no sol
Tenho comigo as lembranças do que eu era
Para cantar nada era longe tudo tão bom
Até a estrada de terra na boléia de caminhão
Era assim

Com a roupa encharcada e a alma
Repleta de chão
Todo artista tem de ir aonde o povo está
Se for assim, assim será
Cantando me disfarço e não me canso
de viver nem de cantar