miércoles, 31 de diciembre de 2008

Autobahn


En mi opinión el “progresismo” vernáculo viene fallando y cayendo en la consideración general (y la mía en particular) estrepitosamente desde el inicio de estos 25 años de democracia. Su ausencia alarmante en las discusiones más elementales que hacen a la vida cotidiana de la gente (la política de todos los días), su ausencia en las discusiones estructurales que hacen al futuro de la Argentina y el mundo, lo ubican en un sitio marginal, ni siquiera testimonial ni crítico. Ha desaparecido de la agenda de la política, es un mamarracho que se vuelve insoportable.



Esto se me hizo patente hace unos días leyendo una revista de poca relevancia, “Algo en Común”, publicación dedicada a temas de energía y servicios públicos. Allí aparecen dos artículos, vinculados entre sí, que tienen que ver con la
seguridad vial. Es un tema que, habrán visto, me preocupa. Me preocupa porque nos muestra el desastre que somos. Allí no vale culpar al FMI, a las potencias extranjeras, ni a Botnia. Depende de nuestra capacidad de gestionar, cuidarnos y comportarnos como se debe. Veamos:


Primero se indica que
“según un estudio realizado por el Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV), nuestro país figura segundo entre las 18 naciones de Latinoamérica con mayor cantidad de accidentes de tránsito: en Argentina, por cada 100 mil habitantes, hay 28,5 muertes anuales (el índice había sido de 26,2 en 2006); mientras que México (el primero del ranking) ostenta casi 30 fallecimientos sobre 100 mil. Lejos quedan Brasil (18,5), Chile (13,1), Uruguay (17,2) y Venezuela (19,3). Por su parte, desde la ONG Luchemos por la Vida, explican que hoy en Argentina mueren 22 personas por día en accidentes de tránsito, sin poder hasta el momento contar con un registro certero de las personas que resultan heridas”.


Esto no es más que el relato de lo que ocurre y ya todos lo sabemos. El progresismo, representado por sucesivos gobiernos nacionales (Alianzas, transversales y otras yerbas) han estado ausentes de toda medida práctica sobre este tema. Más, me atrevo a decir que la única cosa que ha influido en disminuir tal cifra ha sido la creación del sistema de peajes en algunas rutas, que ha implicado una mínima señalización. Pero que es una gota en un océano caótico. Después todo ha sido énfasis en el transporte automotor, impulsar la industria automotriz como regulador de la temperatura de la economía, destruir el tren, seguir destruyéndolo prometiendo lo que no se cumple y engañando a la gente, la no realización de obras y un desprecio por el transporte público alarmante.

Todo eso no se lo demando a la “derecha” porque nunca creí en ella y porque, supuestamente, su índice de “deshumanización” es más elevado que en el “espacio progresista”.

Luego viene lo más grave, una entrevista al Dr. Guillermo Laura. El mismo que viene pregonando un plan de construcción masiva de autopistas desde hace una bocha de años. Funcionario de Cacciatore y etcéteras. Siempre soslayé sus ideas porque son más de lo mismo y no me gusta. Y aquí viene lo primero, ¿es más de lo mismo? Me parece que no, porque lo “mismo” es la NADA.

A pesar que sus ideas “desarrollistas” son, a mi juicio, equivocadas e insustentables, hay algo que me sorprende al leerlo, habla de la realidad y propone algo concreto que, a diferencia del progresismo, se le cae una idea, será una “idea fija y obcecada”, pero ojalá hubiese sueños obsesivos en el “espacio progresista”.

Paso a repasar fragmentos de la entrevista. Hablando de “autopistas inteligentes” dice:
“El concepto apareció hace unos diez años. Es una autopista convencional, con el mismo diseño, más un equipamiento electrónico para mejorar la seguridad y estar en contacto con el automovilista. Por ejemplo ¿qué pasa cuando hay niebla? La visibilidad se reduce y aumenta el riesgo de choque, con este sistema la niebla se detecta antes del accidente, con un aparato que vale menos que un televisor de plasma. –¿Cuántos hay en el país?: Casi ninguno, salvo las autopistas de San Luis, que son inteligentes. -¿Cómo opera? ¿Cómo logra que el conductor se entere?: Manda una señal a un centro de control de tránsito, que decide qué medida tomar. Por ejemplo, ordena reducir la velocidad, o bien cerrar la autopista, y lo comunica a través de la cartelería inteligente (como la que se ve en Capital) –Aquí, la cartelería se usa para otras cosas…: Porque no hay información importante para transmitir, se usa para desear felices fiestas. En países como Estados Unidos, este tipo de avisos se aplica sólo en casos de emergencia y está apagado el resto del tiempo, para no distraer. Entonces, cuando hay algo escrito, el automovilista sabe que pasa algo realmente"
Es absolutamente cierto. Toda la Gral.Paz está dotada de esos carteles y sólo dicen trivialidades que nadie lee. ¿Por qué pasa eso? No es culpa de Macri, eso viene desde hace años. Pasaron y tenemos un gobierno nacional “progre”, pasaron gobiernos de Buenos Aires “progres” y no han sido capaces de emitir un mensaje útil a los automovilistas en años! ¿Por qué Laura aparece sensato? Porque el resto es el vacío sideral.

En las postrimerías del gobierno de Telerman se les ocurrió que no se cobraría peaje a quienes ingresaran a la ciudad con el auto con una cierta cantidad de pasajeros. Por supuesto, fracasó. ¿Cómo se toma una medida que debería ser posterior a otras medidas para generar alternativas a los autos que se pretenden desalentar su ingreso a la ciudad? Porque de eso vive el “progresismo”, de hacer gestos y no mover un milímetro la realidad. ¿No se trataba de cambiar el mundo? No pueden hacer que en los trenes las puertas cierren, no pueden hacer que en los kioscos haya monedas, menos van a poder discutir la reformulación del sistema financiero internacional.
Así las cosas, sigo con la entrevista a Laura: “Las estadísticas indica que, en Argentina, se pierden alrededor de 7 mil vidas anuales por accidentes de tránsito; y un 60% se produce en rutas, además de una importante cantidad de heridos: se estima que, por cada muerto, hay tres lesionados graves, con secuelas importantes para su vida, como quedar paralíticos. Eso llevaría la cifra a 21 mil heridos graves”.

El plan de Laura es construir 13.000 kilómetros de autopistas, es demasiado y no resuelve el problema por sí mismo, hace falta una reestructuración del sistema de transporte a escala nacional donde el tren tiene que volver a ocupar un rol central. Nada que no se sepa. Un grupo de autopistas no admiten más tiempo sin convertirlas en rutas libres de accidentes, Buenos Aires-Rosario, Rosario-Santa Fe y la finalización de Rosario-Córdoba. En ellas el mayor gasto está hecho, sólo hace falta poner gestión en ellas. Laura propone un sistema de financiamiento que el usuario lo pague una vez puesto en funcionamiento el servicio, y no pagarlo por adelantado. Es un criterio, podría haber infinitos.

"-¿Qué otros beneficios tiene las autopistas inteligentes? –Se lograría bajar un 30% el tiempo de viaje en larga distancia, además de una considerable baja en los accidentes, sobre todo frontales. Yo siempre digo que, en Argentina, es obligatorio manejar a contramano, por eso hay tantos accidentes. -¿Podría explicar? –En una carretera angosta, es obligatorio circular a contramano para adelantarse a un vehículo, porque hay que usar la mano contraria. Por lo general, sale bien; pero, cuando se da un choque, hay más del 60% de posibilidades de que el accidente sea mortal. Hay una anécdota al respecto de Carlos Di Palma, el piloto de TC: cuando le preguntaron si era muy peligrosos manejar en el autódromo, él dijo: ‘no! Si vamos todos para el mismo lado”

Esto que relato es un pequeño ejemplo donde el espacio de discusión de las cosas de todos los días (miles de personas transitan por rutas peligrosas todos los días!) carece de la presencia de los actores del llamado “campo progresista”. Todos estos temas parecen irremediablemente delegados para los actores de liberalismo, ortodoxos y conservadores. Siendo así, lamentablemente, las soluciones carecerán de una visión de largo plazo y de sustentabilidad porque en ellas siempre prevalecerán ecuaciones con unas pocas variables. Quienes deberían estar pensando las cosas concretas de un modo más integral están ausentes desde hace años.


Anexo inconexo

Sin relación a esto, pero a mí se me hace irremediablemente presente, deben estar enterados que el próximo 24 de marzo viene a tocar a la Argentina Radiohead y Krafwerk juntos. Demasiado, no? A kraftwerk hay que verlo, es de esos pocos shows musicales que son imprescindibles de ver. Con Radiohead va a ser muy fuerte. Recuerdo en 1998 en la primera presentación de Kraftwerk en Argentina no pude luego dormirme porque lo que había visto y oído me seguía sonando en la cabeza. Pongo aquí una presentación de los alemanes con su tema “Autobahn”. Siempre esa mezcla de tecnología, melancolía retro y cinismo sobre la modernidad. Un dato, la primera autopista del mundo se construyó en Alemania, bajo el régimen nazi. Para Krafwerk un detalle no menor.








jueves, 25 de diciembre de 2008

Acuarela 4. Contra todos los males de este mundo (parte 4)

Sigo con el repaso de la edición número 4 de Acuarela. Hace una semana nos encontramos un grupo de amigos de aquel equipo. Además de comprobar cómo el tiempo hace estragos en la vista del ser humano y pasar una noche bien rosarina, con calor y amigos, pude traerme (en préstamo) el registro fotográfico de un fin de semana de “retiro” que hicimos en el camping de Carcarañá en agosto de 1981. Estábamos en ese momento con la producción de este número. El camping de Carcarañá, a unos 45 kms de Rosario, era en los ´70s una especie de “woodstock” donde se hacían festivales de rock (pesado), el lugar tiene su historia (de trifulcas varias!) y aún hoy sigue siendo polo de atracción para el heavy. Aquellos días estaban cargados de mucha música que compartíamos, entre lo que no parábamos de hacer sonar estaba el segundo de Spinetta Jade:




Algunas de esas fotos de Carcarañá aparecerán en ésta y próximas entradas. Retomo el recorrido del contenido del número, para empezar, el equipo que lo realizó estuvo formado por: Dirección General: Juan C. Villalonga y Benito M. Vicioso (foto). Consejo de Dirección: Lelio Acetti; Carlos Francalanza; Claudio Joison; Guillermo Solé. Diseño Gráfico: Raúl Woollands. Administración: Ricardo Tarditti. Colaboradores: Héctor Escobar; Myrian Valeriani; Oscar Bondaz; María S. Ruiz; María Cossatto; Omar Rechia; Pablo Grasso; Eugenio Filipelli; Miguel Jane; Sergio Gandolfo; Osvaldo Branchesi; Celia B. de Machado; Sandra Silva; Pamela Perone. Dibujos: Pág.23, Alejandro Betati; Pág.24, Pamela Perone; Tapa, Raúl Woollands. Así comienza el contenido del número que salió a la calle en diciembre de 1981.

Editorial “Instancias del porvenir”:
Otra vez, con mayor extensión, aparecen las urgencias para
encontrar salidas al infierno que se vivía y los interrogantes acerca de cómo hacerlo. “Las continuas búsquedas de algunos, el fracaso de muchos otros. Nuestra situación de generación maniatada, con un pasado que nos abruma y nos castiga, y el futuro allí adelante que seguramente nos está esperando”.

“Ningún lugar está lejos”:
una concesión o una pequeña señal de no agresión para con la cultura de superficie. Una nota sobre el “best seller” de Richard Bach realizada por dos amigas que daban cursos de historia del arte en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia, un espacio que el despliegue impúdico del Mundial 78 dejó para la ciudad. El Centro Cultural fue el centro de Prensa del Mundial, en esos días era un pequeño oasis y lo era más aún con la gestión de Alberto Natale en la Ciudad, cuya área cultural no pertenecía al riñón de la cultura castrense, y eso era mucho. Con esos funcionarios debíamos
dialogar con bastante frecuencia para lograr permisos y demás gestiones para cada actividad pública que realizáramos, dese peñas, conferencias, hasta espacios en Radio Nacional Rosario. El valor de la nota, en su simpleza, era reforzar el refugio de sentirnos libres a pesar de lo que veíamos alrededor “En tanto hombres, somos seres duales: A nivel objetivo nuestro cuerpo y nuestra realidad circundante nos imponen diversos condicionamientos; pero a nivel subjetivo, somos esencialmente libres, ilimitados, eternos.”

Teatro Abierto:
La nota describe el origen y desarrollo de uno de los eventos artísticos y culturales más relevantes de ese año, “teatro abierto”. Una maratón de obras de teatro que desde finales de julio de 1981 se pusieron en escena haciendo emerger el importante movimiento de
teatro “under” que existía. Teatro Abierto se convirtió en una grieta fenomenal para la dictadura y el público lo adoptó de esa manera. La respuesta fue inmediata, el teatro del Picadero de Buenos Aires se incendió “misteriosamente” en la madrugada del 6 de agosto de ese año. Eso generó una mayor adhesión aún a la movida generada por Teatro Abierto y experiencias similares se replicaron en varios sitios, incluido Rosario. Sobre el incendio se cuenta que “este siniestro destruyó totalmente escenografías, vestuarios y otra gran cantidad de bienes no sólo pertenecientes al Teatro Abierto, sino también a otras compañías allí establecidas. Produjo un desconcierto total. No obstante la reacción fue estupenda. A los dos días se hizo una asamblea en el teatro Lasalle a la que asistieron personalidades de los distintos sectores artísticos, literarios, empresarios, entre otros. Allí se recibieron colaboraciones y adhesiones de todo tipo. Entre los presentes estaban nada más ni nada menos que el Premio Nobel de la Paz, Pérez Esquivel, los escritores Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato, éste último dijo una frase que se hizo célebre ‘el teatro argentino con dos incendios como éste se salva’.”

Para leer un cachito más sobre la iniciativa de Teatro Abierto recomiendo entrar aquí.

Musicales. 3 Comentarios 3:
2 páginas con comentarios sobre la movida musical rosarina, el primero hace referencia al “Encuentro de Música Popular Argentina” en Buenos Aires (7, 8 y 9 de agosto). Allí se registra una de las primeras presentaciones importantes (sino la primera!) de Baglietto en Baires. Un festival donde se fusionaba básicamente rock y folklore. Luego un comentario destacando la evolución que por esos meses estaban teniendo las trayectorias artísticas de Juan Carlos Baglietto y Enrique Llopis. Finalmente, se comenta el festival realizado por las revistas universitarias de Rosario en octubre en la sala Luz y Fuerza. Los artistas en ese encuentro iban desde Madrigal, Los trovadores, Fito Páez, Baglietto, Ethel Koffmann, etc. En este caso, como en los anteriores, nos resultaba de gran valor destacar la ausencia de barreras de estilo y la apertura mental y artística que había en el escenario y público. Ese festival era una buena muestra de eso.

El panorama musical era de ebullición y transición, varias cosas pasaban al mismo tiempo. Los ´70s se terminaban, aunque todavía seguían fuertes en la Argentina, dictadura mediante, los '80s comenzaban a tomar forma, ejemplo, en los mismos días de nuestro campamento en Carcarañá, en Buenos Aires hacían su primera presentación en un miniteatro Los Abuelos de la Nada, y recién grabarían el año siguiente. La trova rosarina cabalgaba en varias olas al mismo tiempo y creo que más allá de las virtudes individuales, hizo escuela de una apertura mental importante. Baglietto cantó esa noche, y en esa época solía incluirla en su repertorio, “Para Victoria” de Roque Narvaja, quien por ese entonces se encontraba exiliado en España, el tema pertenecía al disco “Chimango” (1974), prohibido por esos años. Tema maravilloso y que sólo me era posible escucharlo cuando Baglietto lo hacía.




LSD. La búsqueda de la inefable:
Un extensa nota que extrajimos de la revista rosarina Runa, de 1970. Una historia química, artística y humana del tópico por excelencia en materia de sustancias alucinógenas. Para ese entonces las drogas sólo cabían ser pensadas como
instrumentos, válidos o no (esa era la cuestión), para la creación y desarrollo personal. No existían en el horizonte las drogas destinadas a colocar a la gente en posición de reproducir lo peor de la sociedad, las drogas del “poder”, como les diríamos luego. Pasaron los años, hoy la cocaína es reina, las “suaves”, como la marihuana, mostraron que nada podían hacer para evitar que seamos tan tarados como siempre. Las “dulces”, como el clonazepan, permiten tan sólo que no nos angustiemos demasiado por lo que no fuimos y las de “diseño”… aún no entiendo para qué se toman (yo creía que la única utilidad de la efedrina era hacer correr a Maradona en el ´94!).

Comenté antes que por aquellos días un muy jovencito Calamaro se unía a Miguel Abuelo para darle forma a la segunda encarnación de "Los Abuelos de la Nada". Vale escuchar una canción del Calamaro exitoso de hoy sobre el tema en cuestión:




Charlando sobre artes plásticas:
una nota que pretendía iniciar una serie sobre el tema, pero creo que su principal función era enmarcar una vital publicidad del “Café de las Artes”, reducto amigo que nos venía acompañando. La nota hace referencia a una encuesta que dice que "entre la innovación creadora y su aceptación, media una distancia de cincuenta años".

(Obra de Daniel García)

Paco de Lucía. Música del Alma: breve nota en base a un reportaje que le hicimos a Paco de Lucía cuando había estado en Rosario ese año. El flamenco estaba siendo descubierto por todo el mundo de la mano de De Lucía y en esos años especialmente, con los discos y las giras hechas junto a Al Di Meola y John McLaughlin y otros músicos de jazz. De esa bola, el flamenco alcanzó un nivel de reconocimiento internacional increíble.

Recuerdo la noche del concierto, a la salida, los comentarios de los guitarristas que lo vieron tocar y no podían dar crédito a lo visto y oído. Nosotros ya veníamos gastando el disco “fuente y caudal” (1973) donde venía el tema “Entre dos aguas”. Pero ese año Paco de Lucía sacaría dos discos fundamentales, el primero “Friday Night in San Francisco” en trío con Al Di Meola y McLaughlin, un disco de esos que no se paraban de escuchar por entonces, y luego saca con su sexteto “Sólo quiero caminar”. Este disco vino a presentar a Rosario en 1981. La nota en la revista "concluye" con Paco de Lucía señalando “quiero seguir caminando, sin concluir”.



Lo que sigue es un video de ese año de Paco de Lucia y Al Di Meola en Alemania como parte de la gira del trío de guitarras.




Cierro esta parte aquí, luego sigo con el número. Hasta luego

Cali

miércoles, 24 de diciembre de 2008

La milonga de Leonard Cohen

Estoy escuchando reiteradamente el disco “Cara B” (2008) de Jorge Drexler. Drexler es el cantautor que gusta mucho a las chicas por sobretodo (no sé si por eso de que canta “suavecito”, je) pero si uno supera ese pequeño preconcepto, puede disfrutar de un grande. El disco está grabado “en vivo”, algo raro. En escenarios, habitaciones de hotel, con sonidos tomados en los alrededores del escenario y lo que se escucha es esencialmente a Drexler en voz, guitarra, efectos y sampler, sin retoques! Todo muy minimalista y moderno.


Es el estilo Drexler, algo que su hermano ha bautizado como templadismo”, la canción moderna de estos lugares donde no nos da la cosa exuberante del “tropilcalismo”. Canciones que se vinculan más con la milonga que el Bossa Nova, sin por eso dejarse de tocar. Al final coloco un texto del blog de Daniel Drexler sobre ese interesante y, probablemente, inútil elucubración.


No voy a explicar a Jorge Drexler, pero se me ocurre que una buena muestra de ese “templadismo” es una mezcla inédita entre “Dance me to the end of love” de Leonard Cohen y una milonga, que lleva a pensar, “¿era una milonga lo que escribió el canadiense?”. Escuchen:




El disco es doble y nada sobra!.. y los buenos temas son muchos. Comparto algo más y si pueden, regálenselo a algunas de las chicas que tengan alrededor y pídanselo prestado.




Va una parte de una entrevista sobre el Templadismo (Daniel Drexler)


-El templadismo es una corriente musical incipiente pero reducida en la que formás parte al igual que tu hermano Jorge, ¿de qué se trata exactamente el templadismo?


Bueno: la verdad que no tengo una respuesta concreta a tu pregunta. Todo surgió de una de esas largas y frecuentes charlas que tenemos con Jorge. Estábamos hablando sobre el tropicalismo, la antropofagia y el libro “La estética del frío” de Vitor Ramil y a mí se me ocurrió un tanto en broma plantear un “tropicalismo de las pampas” de los climas templados. Y bueno, se me ocurrió la palabra “templadismo”. Creo que Jorge se lo tomó un poco más en serio que yo y empezó a mencionarlo en entrevistas. Si tuviera que definir el templadismo en pocas palabras, te diría que es una especie de marco teórico para la creación (en mi caso de canciones) desde la cuenca del río de la plata. No pretende ser un movimiento, ni una secta críptica, ni mucho menos. En todo caso sería un movimiento “de hecho” ya que con varios creadores como Kevin Johansen, Carlos Casacuberta, Jorge, Fernando Cabrera, Vitor Ramil, me encontré de una forma natural, en un punto de gran coincidencia estética e ideológica, aunque en el fondo no sé si todos ellos se sienten en coincidencia con cada uno de los otros.... La búsqueda por definir esa coincidencia está viniendo después. En realidad la presión por irlo definiendo, se da de afuera hacia adentro, porque varios periodistas empezaron a citar al templadismo y a preguntar de que se trataba. Nunca hubo una reunión donde decidiéramos lanzar -por ejemplo un manifiesto-. Todo está pasando de forma natural, en charlas de a dos o de a tres y la verdad que no interesa si tal colega o tal otro pertenece o no. El templadismo es una fuente abierta para el que quiera acercarse a beber, para el que quiera integrarse al debate.


Como muy bien decía Ezequiel Martinez Estrada en “La radiografía de las pampas” el clima y la geografía de una región tienen un peso muy importante en la forma de pensar de sus habitantes. El “humor” de los creadores refleja en gran medida el paisaje que los rodea. Escuchando la música de Björk o la de la movida de Bristol, se puede “adivinar” el frío, así como se puede intuir la luz solar intensa que hay detrás de la música “Axê” de Salvador de Bahía. Con Jorge tratamos de empezar a darnos cuenta cuanto había influído la posición geográfica en nuestra postura estética y en la de nuestros colegas. Si bien me gusta mucho Björk y Carlinhos Brown, y disfruto mucho oyendo lo que hacen, claramente me sentiría extraño creando exclusivamente dentro de sus coordenadas. El clima templado de nuestra región, ni muy frío ni muy caliente, la geografía suavemente ondulada de la penillanura, el agua, parecen reflejarse en partes importantes de mi trabajo y del de los músicos que cité más arriba. A partir de ahí nos pusimos con Jorge a tratar de identificar cuales eran esos reflejos. Si tuviera que enumerar sintéticamente los principales, a tono personal te diría:


1) La búsqueda en la creación del camino del medio. La intención o simplemente la acción inconciente de evitar la estridencia en los colores, en el timbre de los sonidos, en la impostación de la voz y en las palabras. El tratamiento de las temáticas sobre las que trabajamos en nuestras canciones de la forma más equilibrada posible, buscando siempre reflejar y entender las diferentes partes de un conflicto. El término medio te ubica equidistante de los extremos y por lo tanto con mayor chance de comprender el todo.


2) La búsqueda del riesgo en el equilibrio. A veces puede parecer más seductor encontrar el riesgo en los extremos, pero los caminos más directos no son casi nunca los mejores. Al igual que lo que pasa con los ríos de llanura, que llegan sinuosamente al mar, creo percibir en nosotros una tendencia a desconfiar siempre de las líneas rectas.




3) La búsqueda del punto medio (tan claramente planteado en el manifiesto antropofágico) entre identidad regional e influencias extra-regionales. Ninguno de los dos extremos –cerrarse al mundo o diluír nuestra identidad- parece deseable. Tampoco parece deseable la recreación museística de expresiones culturales regionales. Este punto adquiere especial relevancia y es un desafío permanente en un mundo que se globaliza a una velocidad vertiginosa. La antropofagia es bidimensional, es geográfica-espacial pero también temporal. Se trata de buscar los puntos de encuentro entre el universo creativo de por ejemplo, Beck y Atahualpa Yupanqui.


4) Un cierto denominador común de melancolía claramente asociado al clima y al paisaje. La melancolía tiene un toque de esperanza que la hace bien distinta de la depresión. Los tropicalistas tenían como grito de guerra “alegría, alegría”. ¿Será el de los templadistas “melancolía, melancolía”?


5) Un denominador común de nostalgia quizás relacionado con la alta tasa de inmigrantes que hay en la cuenca del plata.


6) La búsqueda del énfasis de lo no enfático, la fuerza de no forzar. La búsqueda de la acción de la no acción (de Lao Tse). El agua es una presencia constante en nuestro entorno. El agua es blanda y la piedra dura, pero de tanto correr el agua termina moldeando a la piedra.


7) No regirnos por fronteras políticas parece ser otro denominador común. La distribución geográfica de la Milonga (por poner un ejemplo que nos toca muy de cerca), se saltea las fronteras de Argentina, Uruguay y el sur de Brasil. La cultura es un ser vivo y a las flores del campo no les gustan las macetas.
¿Es útil este marco teórico? A mi por lo menos me sirve. La creación es por lo general un acto solitario, surge del vacío. Saber que tenés compañeros de ruta con los que dialogar siempre es bueno y aparte cuatro ojos ven mejor el paisaje que dos.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Acuarela 4. No olvidar (Parte 3)

Escribo esto en las vísperas de un repentino asado que se organizó en Rosario para volver a reunirnos los “acuarelas”, un poco a raíz de algunas cosas que se movilizaron por este blog. Bienvenido sea lo que sea. Allí estaré.

Para continuar quiero rescatar unas líneas enviadas hace poco vía mail por Popo recordándome en qué circunstancias, durante la realización del número 4, sucedieron un par episodios que en ese momento nos hicieron sentir como es eso del miedo como un frío en la espalda y no saber en qué grieta del infierno uno podía haber caído.
Durante casi un día Popo desapareció y todo arrancaba con que lo habían ido a buscar la policía a su departamento, nuestro bunker. Por esa época Guillermo vivía con él y nos puso en alerta a todos. Me resulta hoy difícil imaginar una circunstancia así sin teléfonos móviles ni mail ni nada de eso. Fue un día de angustia, donde Guillermo salió a recorrer seccionales policiales y nada. Luego, Popo apareció, no recuerdo bien cómo, pero todo era tan vertiginoso que al otro día ya eso era pasado.

El origen había sido una denuncia que un vecino con el que nos calábamos mutuamente, él no soportaba más el extraño tránsito de gente las 24 horas del día por la casa de Popo, nosotros sabíamos que era médico, o algo así, de la policía.
Un día una “pendejada” le dio la excusa perfecta. Escribe Popo: “Lo de la denuncia fue obra del viejo facho de planta baja la vez que nos pusimos a jugar al carnaval en el departamento con las pendejas a las que yo les daba clases. Había un par que estaban muy buenas. Todavía me acuerdo lo que fue limpiar, quedó todo el parquet lleno de agua y harina. La cosa con el vecino ya venía mal porque se quejaba de los quilombos nocturnos de cuando armábamos la revista o nos quedábamos a "estudiar". Resulta que el tipo era médico de la cana y usó sus contactos par hacerme pegar un buen cagazo. Y lo logró. Como buen siciliano, la venganza llegó cuando necesitó hacer un trámite en mi laburo y lo volví loco. Creo que tuvo que presentar hasta el certificado de virginidad de la madre. La vez que los levantaron de Saudades yo no estaba, deben haber venido a casa después”. (Nota: Popo trabajaba en Rentas de la Provincia)

El segundo episodio fue cuando levantaron en una razzia a todos los de Acuarela que estábamos un día a la noche (como todas las noches!) en el mítico bar “Saudades”, sitio clave de la movida “subte” nocturna. A media cuadra de la facultad de filosofía y artes, era el sitio dónde te encontrabas a cualquier hora de la noche (y madrugada) a todas las tribus de esa época. Esa noche cae la cana y vienen directo a nosotros y creo que otra mesa, fue azar o nos eligieron, no sé. Todos aterrados, los que salíamos hacia los vehículos policiales con los que se quedaban adentro congelados. Así era, no había espacio para preguntar ni hacerse el solidario. No recuerdo bien cuantas horas pasamos adentro de la Jefatura de Policía, el edificio más siniestro de Rosario, en pleno centro.

Por muchos años cumplí el juramento de no pisar sus veredas para no darle entidad! hace muy poco lo hice por primera vez, siendo ahora un centro de la memoria y una delegación del gobierno provincial. Luego, todo conoceríamos detalles de que en esos sótanos había un centro clandestino de detención. Esas horas allí adentro y el lugar no me dejaban dudas de quiénes eran mis enemigos naturales, me sentí allí como se debe sentir un animal rodeado de sus naturales predadores. Si algunos de nosotros hubiésemos tenido alguna miserable denuncia de algo, no salía, seguramente. Luego de horas allí adentro, fuimos, como corresponde, a lo de Popo a aflojar el cuerpo y, seguramente, a planificar como seguía la cosa al día siguiente, así era todo, “non stop”.



Jefatura de Policía: Ocupa toda una manzana delimitada por las calles San Lorenzo, Dorrego, Moreno y Santa Fe. Ex Alcaidía, ex sede de la Policía local, ex sede del Servicio de Informaciones (el Sótano y/o Pozo y Favela), lugar de detención y cautiverio de centenares de militantes políticos y sociales que fueron torturados y asesinados por orden, entre otros, del Comisario Agustín Feced. Hoy sede de las oficinas del Gobernador cuando atiende funciones en Rosario. Sitio recuperado para la vida ciudadana bajo la forma de Plaza Cívica. En una de sus esquinas se encuentra el ex Centro Clandestino de Detención conocido como El Pozo.


domingo, 14 de diciembre de 2008

La, la, la


Ando con dos discos de Fito a cuestas que he incorporado a mi discoteca. Uno es el nuevo “No se si es Baires o Madrid”. En vivo en Madrid, donde canta solo y al piano y en varios temas con algunas compañías celebres. El disco no me atrae, lo que me atrae es que cada vez es mas grande la distancia entre Fito compositor y el Fito intérprete. Cuando Fito canta cada vez parece más a alguien que lo imita, no sé, no puedo ser cruel, pero se ha convertido en algo así como su propia imitación. Y cada vez se me hace peor. Por el contrario, sus cualidades como compositor siguen siendo muy altas, sus canciones son de altísimo valor, ya muchas de ellas verdaderos clásicos de la música argentina.


Está bárbaramente bien grabado, toca muy bien el piano y los aportes de los invitados están muy bien, las versiones OK, pero Fito canta y no tiene el vuelo que la composición requeriría. Es una opinión muy elemental mía. Pero bien vale y aquí les dejo uno de los mejores temas del disco. La canción pertenece originalmente al disco “abre” (1999).



A raíz de este disco me compré algo seguro, “La, la, la”, que luego del doble vinilo, nunca lo volví a tener, la primera edición en CD salió recortado para ahorrar un CD! Las versiones últimas son dobles y traen el álbum completo. Es el disco grabado en 1986 por Spinetta/Páez, un momento muy bueno de ambos, aunque Fito entra inmediatamente en la etapa dark con “Ciudad de Pobres Corazones” luego del asesinato de sus tías. De este disco no hay mucho para decir, es excelente, suena ochentoso en muchas pedazos pero las canciones siguen allí. Una muestra es “Asilo en tu corazón” con baterías electrónicas de la época, pero que no empañan la canción.




Para terminar, la anécdota que me animó a poner estos dos discos juntos. El vienes, mientras me comía uno de crudo y queso, ahora por acá le llaman “baguetín”, me encontré con un número viejo de la revista La Mano donde se relatan anécdotas del “Rock Nacional”, sólo recuerdo una que finaliza en una conversación durante una cena luego de un show donde alguien cerca de Spinetta dice que “yo a Fito no le perdono los dos último discos que hizo” a lo que el flaco se le acercó y le dijo, “y vos ¿quién sos para perdonar?”.



jueves, 11 de diciembre de 2008

Cero a la izquierda


De un montón de artículos de Martín Caparrós que me he marcado como textos relevantes de éstos últimos meses, me parece interesante éste, para leerlo justo al cumplirse el primer año de gobierno de Cristina Kirchner.

Si hay algo por lo que me considero lejos de las filas del “progresismo” es por su vagancia intelectual, sus reacciones a lo perro de Pavlov frente a ciertos estímulos. Esa adhesión ritual y fijación a gestos ya vacíos. Gestos que resultaban desafiantes cuando estos señores eran adolescentes. Pero el riesgo, como bien lo indica Caparrós, es el tiempo que irremediablemente se nos escapa, las oportunidades que se esfuman y toda la gente que la pasa muy mal y la pasará peor en el futuro.

Cali

Diario Crítica

CONTRATAPA

cero a la izquierda

Si esto sigue así el gobierno centrista de los Kirchner va a tener la culpa de una vuelta victoriosa de la derecha.


Por Martín Caparrós.

12.09.2008

El problema es después. Ahora estamos como estamos –más o menos– y se diría que esto va a durar: tengo la sensación de que los tres próximos años van a ser pura mediocridad semejante. Es una sensación: una mezcla de ideas que no puedo llamar un análisis pero que, si analizo, me parece acorde con los datos que tengo, las experiencias, las palabras. Creo que, a menos que se produzca alguno de esos shows inesperados que la Argentina siempre ofrece, los tres años de kirchnerismo que nos quedan van a seguir siendo, en el mejor de los casos, como éstos: un gobierno confuso, sin objetivos claros, sin pertenencia definida, sin una base firme, que va y viene entre la realidad y su discurso y que, de vez en cuando, puede intentar incluso alguna medida con la que estoy de acuerdo.


Pensando en los gobiernos previos no parece tan grave: sólo será otra de esas pérdidas de tiempo, de esos clásicos desperdicios de oportunidad que han hecho grande y tonto –tan fracasado– a este país.


El problema es después. Porque, para desgracia de propios y ajenos, este gobierno dice que promueve ciertos cambios progres –y ha convencido a buena parte de la ciudadanía desatenta, la mayoría, que no siempre tiene ganas de ponerse a analizar matices. Si un señor te recibe en un consultorio con una bata blanca y un estetoscopio y te dice sacate la camisa y decí treinta y tres, vas a pensar que es un doctor. Y después, cuando te diga que tenés pie de atleta aunque lo que te duele es una oreja no vas a pensar que no es doctor, vas a decir qué pelotudos son los médicos, no entienden una goma.


Los K se la pasaron diciendo que eran médicos, y sería injusto culparlos por eso. Después de 2001 era notorio que se había abierto un espacio de cambio: la ¿izquierda? lo dejó libre, y la naturaleza y el ¿peronismo? tienen horror al vacío. Entonces los K corrieron a asaltarlo: desenterraron, tras mantenerlas sepultadas 25 años, sus pequeñas historias juveniles y supusieron que con eso les alcanzaba para borrar sus años de negocios impresentables y menemismo activo. No hay por qué culparlos: ellos tenían que intentarlo. Los que no teníamos por qué tragarlo éramos los demás, pero parece que, tras declararnos huérfanos orgullosos, nos asustamos y salimos a buscar un papá.


Así que vinieron, ocuparon ese espacio, usaron algunos de sus símbolos y proclamaron que su gobierno es progre o que es de centroizquierda o que está del lado del pueblo o esas cosas y se pusieron a hablar de justicia social y derechos humanos y redistribución de la riqueza –aunque acumulen miles de millones y los usen para pagarles a los países centrales mientras las escuelas y los hospitales no funcionan, aunque sigan gobernando con los caciques habituales, aunque mantengan la desigualdad más insidiosa. Pero el discurso seguía tan progre y hubo quienes lo creyeron o simularon creerlo o pensaron que les convenía creerlo. Entonces los K cooptaron algunos de los movimientos sociales más reconocidos y los integraron a su aparato, con funciones cambiadas: las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo pasaron a ser su mejor firma de relaciones públicas, la legitimadora incuestionable; los piqueteros pasaron a ser su fuerza de choque, los clientes más fieles; ciertos intelectuales respetables pasaron a ser su coro griego, aplausos prestigiosos. Yo estoy absolutamente a favor de que ese tipo de movimientos se involucre en política partidaria: son políticos y toman partido, no podrían hacer otra cosa. La pena es que se peguen a un gobierno que no cambia nada, que desdeña las metas que esos movimientos proclamaban. Uno de los mayores logros del kirchnerismo –que el establishment alguna vez le agradecerá como merece– ha sido deslegitimar y esterilizar a las Madres, los piqueteros y compañía limitada.


Pero el problema central es que las mayorías distraídas –fogoneadas por ciertos medios y ciertos grupos muy atentos– aceptan el discurso: sí, claro, es un gobierno medio zurdo, fijate, están las Madres, los piqueteros, mirá lo que dicen. Sí, así es como gobiernan estos tipos, un desastre, lo que hace falta es…


Ése es el problema y es, ahora, sobre todo, un desafío para los que nos decimos más o menos de ¿izquierda? Digo izquierda para tratar de entendernos; ya sé, lo tengo escrito: somos confusos, tan confusos que no tenemos ni siquiera un nombre. Pero se pueden establecer ciertas características generales, casi obvias: cuando digo izquierda hablo de los que eligen creer que no tiene que haber ricos y pobres –que la diferencia entre los que tienen más y los que menos, si la hay, debe ser muy escasa. Los que eligen creer que todas las personas deben tener las mismas posibilidades de alojarse, curarse, aprender, trabajar, desarrollarse, y que el Estado sirve para garantizarlo. Que debe haber formas reales de participación de los ciudadanos en las decisiones políticas y en el control del gobierno. Que la justicia debe hacer justicia. Que ninguna institución religiosa o militar o económica puede imponer sus normas a los ciudadanos. Que el nacimiento, el género, las preferencias sexuales no deben definir el tratamiento que cada cual recibe de los otros. Que las personas son más importantes que las patrias.


Son puntos básicos, pero ahora se alejan y se alejan. Si todo sigue así, si de nuevo conseguimos no hacer nada, dentro de tres años –con suerte– esto termina en un gobierno Macri-De Angeli, Carrió-Miguens, Solá-Balestrini o lo que sea que la nación bendiga. Ése es el problema: no este gobierno mediocre, sin objetivos claros, sin pertenencia definida, sin una base firme, que va y viene entre la realidad y su discurso, ya perdido, sino el efecto que este gobierno puede tener sobre los diez próximos años. Si esto sigue así el gobierno centrista de los Kirchner va a tener la culpa de una vuelta victoriosa de la derecha todavía más derecha a la política argentina. El período K terminará siendo un terrible cero a la izquierda.


En eso, creo, debería consistir una política de ¿izquierda? en estos tres años: en tratar de buscar opciones que eviten el desastre anunciado. Hay tiempo, ideas nunca hubo. Pero ya estamos grandes –yo, por lo menos, ya estoy grande: no me quedan muchas otras chances. Si no hacemos algo más o menos pronto, los años diez van a ser otros años noventa y van a ser otra vergüenza, tan tristes de vivir, tan denigrantes.



lunes, 8 de diciembre de 2008

Puerto Montt pega con Wincofón

Hay algunas experiencias que son casi casi insignificantes y uno las descubre con el paso del tiempo como indestructibles.

Desde el momento en que comencé a leer la nota de Osvaldo Bazán en el Crítica de hoy, no pude dejar de reírme sorprendido. Por un lado, recordándome escuchando Puerto Montt de Los Iracundos en esa época. Segundo, porque había estado, minutos atrás, dándole vueltas a ésto de la "nostalgia" y aquellas cosas que quedan fijadas en la memoria.


Los uruguayos eran mis preferidos dentro de los discos de grandes éxitos que sacaba regularmente la RCA. La voz y actitud de Eduardo Franco, su cantante, le daban al grupo un condimento que los destacaba del resto. Luego empecé a comprarme los simples de Los Iracundos. Un Long Play de un mismo artista era como algo demasiado importante cuyo único caso conocido en ese entonces eran los LP de Sandro comprados por mis hermanos.


En esa época no tenía winco, así que era cuestión de ver en qué momento mi vieja se traía el winco de la escuela (de la que era directora) o cuando mis hermanos se traían algún otro aparato prestado. Luego tuve mi winco propio pero ya en ese momento Los Iracundos habían sido reemplazados en mis preferencias. Sin embargo, la voz de Franco sigue siendo una referencia imborrable.


Cali

diario Crítica

Puerto Montt


Una vez por semana papá viajaba a Rosario y volvía con un long play. Un día llegó con un disco simple: una canción de Los Iracundos. Fue instantáneo, era 1969, la revolución estalló en casa. Osvaldo Bazán.


Por O. Bazán

08.12.2008


Papá nunca me llevó al fútbol. Papá no iba a la cancha, no veía fútbol por televisión, en realidad despreciaba el negocio del fútbol con una intensidad que también tenía para otros asuntos. Papá quería que escucháramos música, que leyéramos libros, que nos interesaran los diarios. Nos quería curiosos aunque después no lo soportó. Y un día recitó Bécquer, golondrinas y eso, y dijo: “¿Ven?, eso es poesía. Tienen que saber poesía y matemática”.


Me transmitió la voluntad de la literatura aunque no recuerdo jamás haberlo visto leer un libro. Me dio las ganas por la música pero nunca fue un exquisito en materia musical.


Hubo un tiempo en que envidiaba a Fito Páez; el padre le hizo escuchar a Tom Jobim o a Frank Sinatra. Ahora que murió hace mucho, ya estoy reconciliado con papá, apasionado por Los Wawancó, el Quinteto Pirincho y Lafayette, un tecladista brasileño, maestro del órgano Hammond que versionaba los grandes éxitos de la época y –me enteré mucho después– fue casi el fundador del sonido de la Joven Guardia brasileña y músico de la banda de Roberto Carlos.


Papá, allá en el largo atardecer del pueblo santafesino, tenía un orgullo simple y concreto: el combinado podía soportar siete long plays juntos. Iban cayendo de a uno y a él le gustaba decir que podía escuchar dos horas de música sin levantarse de la silla para cambiar el disco. Y entonces, Wawancó, Quinteto Pirincho, Lafayette, sin interrupciones, sólo mirando de reojo cada vez que el pick up se levantaba y dejaba caer, pesado y con ruido inconfundible, el próximo disco.


Una vez por semana papá viajaba a Rosario y volvía al pueblo con un long play. Un día llegó con un disco simple. Raro, no compraba discos simples. Pero se había entusiasmado con una canción que había escuchado por la radio. Una canción de Los Iracundos. Fue instantáneo, la escuchó en el viaje de ida y entró a una disquería y la pidió. Era 1969. Fue una revolución en casa.


Ya no había dos horas de long plays. Era la canción una y otra vez, una y otra vez, y el pick up volvía y volvía.


La canción hablaba de un lugar rarísimo: Puerto Montt. La historia era la historia más triste del mundo.


“Sentado frente al mar/ mil besos yo le di/ después le dije adiós/ todo termina aquí/ y ella me dijo así:/ ‘Abrázame y verás/ que el mundo es de los dos/ salgamos a correr/ busquemos el ayer/ que nos hizo feliz’./ Puerto Montt/ me alejé de ti/ sin saber por qué/ y yo la dejé/ sola frente al mar/ bajo el cielo azul/ de Puerto Montt.”


Puerto Montt fue para mí, un niño campesino con voluntad para la maravilla, el lugar en donde se rompían los amores. El mar por antonomasia.


La segunda parte de la canción, a mis seis años, directamente se reveló como sublime: “Mil violines en su voz/ susurraron un adiós/ y un amor que se quedó/ perdido frente al mar/ y el viento lo llevó/ Silencio sin piedad/ encontraré al volver/ mas en la soledad/ su voz me gritará:/ ‘¡No, no, te vayas de mí!’”.


Me parecía el colmo de la poesía. ¿Cómo a alguien se le había ocurrido que podían sonar mil violines en una voz, en el mismo momento? ¿Y qué pasa cuando suenan mil violines juntos?


–Papi ¿Puerto Montt no existe, no?


–Sí, creo que queda en Chile –me dijo y fue a buscar un mapa. Estaba contento. Quería que nos interesáramos, mi hermano y yo, por las cosas que la vida tenía para ofrecer. Buscar juntos una ciudad en un mapa era para papá el mejor plan para hacer con sus hijos.


–Acá, acá abajo está Puerto Montt. Debe de hacer frío ahí. Eran los años en los que papá sabía todo.


Eduardo Franco escribió la canción sin haber estado jamás en Puerto Montt. Pero ese paraje de desolación absoluta, de conciencia de que el fin es evidente y cercano, de que más allá no hay nada y el resto es viento cabe entero en la canción. Lo supe hace unos días, cuando llegué a la ciudad llevando en el auto, casi como un chiste, el CD de Los Iracundos. Puerto Montt es fría, azul y final. La enorme sorpresa fue comprobar que sentados frente al mar, los protagonistas de la historia continúan abrazados. Él no tiene nada para decir y en el rostro de ella estallan los mil violines. El resto, otra vez, es viento. Una enorme estatua de concreto de más de cinco metros de alto, conocida localmente como “Los monos feos” o “Los mazapanes” (el mazapán es la golosina típica de la región) mira hacia la bahía violentamente azul, oscuramente azul, atravesando para siempre el momento del dolor. Impresiona el tamaño del sufrimiento. Sabés que en minutos más ella quedará irremediablemente sola rodeada de azul y él se irá y ni sabrá por qué. Sin vuelta atrás. Sabés que no hay cómo encontrar el ayer que te hizo feliz. Sólo silencio sin piedad.


La canción fue presentada por Los Iracundos en el Festival de la Canción de Buenos Aires en 1969. Salió segunda. Cuarenta años después nadie recuerda “Como somos” de Piero, que cantada por Fedra y Maximiliano ganó el primer premio. Papá siempre dijo que aquella elección había sido una injusticia. Hoy sé que tenía razón.

En este disco venía Puerto Montt de Los Iracundos. También estaban Lo Gatos con "Viento dile a la lluvia", Alma y Vida con "Del gemido de un gorrión" y temas de la Conexión Nro.5 y La Joven Guardia. Al resto, no me animo a nombrarlo siquiera.



sábado, 6 de diciembre de 2008

"Curiosa Noche"


Veamos, suelen señalarme que las entradas que coloco tienen una carga “nostálgica”. Es cierto. Pero también hay que decir que algunas cosas están ahí nomás y no las puedo evitar. Todo el mundo recordó hace unas semanas los 40 años del álbum blanco de los Beatles a moco tendido. Por algo pasa, qué se yo. Si alguien supone una respuesta que me la diga.

Aquí voy con la radio otra vez. Sucede que anoche viajaba hacia un cumpleaños en Palermo Hollywood, todo muy contemporáneo. Pero en la radio del remis está la voz de una locutora conocida, es Daisy May Queen. Su programa se llama “Curiosa noche”, ¿cómo usa ese nombre? Minutos después la cortina musical es “curiosa noche” (!) en una versión nueva y rara del tema original de Vivencia. ¿Qué es todo esto?


Vamos atrás en el tiempo. Mediados de los ’70, todavía no hay dictadura y por Radio Del Plata de Buenos Aires todas las noches un ciclo conducido por Juan Alberto Badia marca una época. Badía nunca hizo programas de “culto” ni cosas extraordinarias, siempre se destacó por hacer programas que cualquier conductor sensato debería hacer: cosas con buen gusto y con verdadero aprecio por la música.

Durante los años en que Badia estuvo en las noches de Del Plata con “Flecha Juventud” ("Imaginate" y “Curiosa Noche”) pasó tanta música y tantos músicos pasaron que es una referencia obligada de aquellos tiempos y es mucha la gente que le guarda un eterno agradecimiento.

Para mí, que andaba por los quince, era una ventana nocturna adecuada, iba desde las 22, para días de semanas cuando al otro día había que levantarse a la madrugada. Aunque a veces se despachaba con programas especiales que arrancaban a las 22 y terminaban a las 4 de la mañana. Había que prepararse para esos viajes a través de la historia de los Beatles o maratones de rock nacional durante una noche entera.

La cortina pertenecía al dúo Vivencia y es un tema muy querido para adolescentes que se refugiaban en la radio y lo libros. Otros tiempos.

Aquí está la versión de Vivencia que grabaron en 1981 del tema de los ’70. La que usa Daisy May Queen hoy (Vale 97.5) está grabada no sé por quién.



Recuerdo perfectamente la noche del Luna Park del Adiós Sui Géneris con Badía y con la radio
pegada a la oreja estando ya en la cama. Esas cosas no se olvidan más y se agradecen siempre. Un reflejo de algo de todo esto está en este tramo de un diálogo entre Guillermo Novellis y Patricia Sosa (http://www.aadi-interpretes.org.ar/Contenidos/patricia10.aspx).

GN: -Sí, a “eso”. Cuando todo esto arrancó (seguramente tengo una visión distinta desde el lugar donde lo viví, porque soy un tipo del interior, criado en un pueblo), a mis artistas preferidos y a mis ídolos los veía en revistas. El día que pasaron Anochecer de un día agitado, en Canal 5 de Rosario, un sábado a la tarde, en el 79 ¡al fin pude ver que Lennon se movía! ¡No era una foto! Después vi Adiós Sui Generis en Mar del Plata, año 78, 77… jamás había estado en un show. Leía a Gloria Guerrero, leía las revistas Humor y Pelo. Todo eso me alimentó, me hizo ser lo que soy, me hizo querer ser uno de los tipos que estaban ahí adentro y conseguir un disco y escuchar, porque no estaban en la radio, nadie te lo pasaba. En AM yo escuchaba Badía , a las 11, llegaba del industrial a la noche, mi vieja me preparaba la comida y ya a las 11 terminaba de comer y escuchaba el tema “Curiosa noche…” de Vivencia. Después venía la “Beatlemanía”.
PS: -Después venía “Modart en la noche”, la media hora de los Beatles. Mi vieja no me lo dejaba escuchar, porque al otro día tenía que ir al colegio. Entonces me compré una radio portátil y la escondía en la funda de la almohada, pero yo sabía que a las 12 de la noche venía Pedro Aníbal Mansilla… ¡si me habré hecho el bocho con él!
GN: -Ahora trabaja en radios del interior, y es médico. En la radio de mi pueblo él es el que hace todas las publicidades.
Fragmento presentación de "Flecha Juventud": http://www.jurassicradio.com.ar/audio/juan-alberto-badia...imaginate-flecha-juventud