viernes, 31 de mayo de 2013

Zonceras energéticas #2

La energía nuclear es GENERADORA de desarrollo científico y tecnológico

Se repite con frecuencia que el desarrollo de la energía nuclear ha sido muy importante para el país porque eso ha generado un gran cúmulo de conocimiento y que ha motivado la formación de un gran número de cuadros científicos, expertos y técnicos con alta capacitación.

Esa manera de leer la realidad se repite mas o menos en todas partes del mundo donde se defiende a la energía nucleoeléctrica.

La verdad es que la relación causa y efecto es inversa.

La energía nuclear, por variados motivos, tiene la capacidad de seducir a los estados, y a la dirigencia política en general, a poner en ella enormes recursos económicos para sus áreas de investigación y desarrollo. Recursos que muy pocas, o ninguna, otra actividad científica o técnica, puede siquiera aspirar a lograr.

Cuando uno observa los presupuestos en investigación y desarrollo (I+D) destinados a la actividad nuclear y la continuidad de los mismos a lo largo de las décadas es perfectamente esperable la producción de numerosos recursos científicos y técnicos con altísimas calificaciones. No es un atributo o cualidad intrínseca de lo nuclear. Es resultado de lo que representa la inversión estatal en I+D en una área determinada. Los resultados científicos van a estar en directa proporción a esa política.

Los valores que Argentina ha destinado en este rubro son incalculables por la poca transparencia de la CNEA en sus más de 60 años. Sólo vale recordar que en 1982, cuando estalla la crisis de la deuda externa en la región, el rubro nuclear representaba cerca del 13% de nuestra deuda. Durante la última dictadura militar la CNEA fue privilegiada presupuestariamente por encima de universidades, INTA,CONICET y el resto de las áreas científicas.

Pero esto nos lleva directamente al siguiente punto: ¿Tiene sentido esa priorización de lo nuclear en el área de investigación?. GEA Cover

Una primera respuesta sería que a juzgar por la escasa inserción lograda por la energía nuclear a los largo de 60 años de intensa priorización significaría que toda esa inversión ha tenido bajo impacto energético o que sus expectativas originales han quedado muy desactualizadas. Pero aún así, uno puede suponer que sostener su desarrollo y que persistir por el camino nuclear podría hacer que los resultados esperados lleguen en el futuro.  

Para esto voy a utilizar un informe recientemente publicado por el mainstream de la energía global, una especie de “enciclopedia” energética llamada “Global Energy Assesment” desarrollado bajo la coordinación del International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA). Del mismo extraigo el siguiente cuadro:

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Allí se puede ver la evolución de los presupuestos gubernamentales en los países miembros de la IEA destinados a I+D en diferentes tecnologías energéticas. Se puede ver el papel preponderante que tiene lo nuclear frente al resto de fuentes energéticas. No se trata de subsidios a la actividad productiva (centrales nucleares), son presupuestos en investigación. (1)

En el siguiente cuadro se muestra esa misma información y una distribución de esos recursos acorde a las verdaderas necesidades energéticas para este siglo: eficiencia y renovables adquiriendo el mayor peso en los presupuesto estatales de I+D. Se propone un cambio drástico de prioridades gubernamentales. 

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Cito al propio informe evaluando la disfuncionalidad de la preponderancia nuclear en esos presupuestos: A significant mismatch in R&D portfolios in favor of nuclear and to the detriment of energy efficiency and conservation emerges. Nuclear received well above 50% of all cumulative (1974–2008) R&D expenditures, with energy efficiency receiving less than 10%, whereas their respective role in the GHG mitigation portfolios is exactly the inverse. To put these numbers into an absolute perspective: cumulative public R&D into energy effiiency totaled some 38 billion $ 2008 (in purchasing power [PPP] terms), which is lower than total cumulative expenditure into fusion energy ($41 billion PPP). Current R&D levels into renewable and CCS (which is subsumed in the “other” category above that includes inter alia also hydrogen, fuel cells, and basic energy research) are also much lower than a future “need-based” analysis suggests, albeit the mismatch is less striking than the one comparing energy efficiency to nuclear.”

En definitiva, tenemos ciencia nuclear porque los estados ponen inmensos recursos para tenerla. No hay allí ningún milagro ni nada especial ocurre con lo nuclear. Ahora esa inversión en I+D en nuclear no es lo que el mundo necesita. No lo dicen los antinucleares, lo dice el propio informe de IIASA, necesitamos I+D en otras áreas claves, no en nuclear.

Seguir haciéndolo es una de las tantas zonceras energéticas instaladas en el imaginario de la dirigencia política.  

JCV 

PS: ver también “Manual de zonceras energéticas #1”

 

(1) IAE (International Energy Agency) , los países miembros de la IAE son básicamente los países de la OCDE.

martes, 7 de mayo de 2013

Río Turbio, Santa Cruz: Una usina mal concebida

Cristina: anuncios desde Río Turbio

Por Juan Carlos Villalonga (Pte. Junta Directiva Los Verdes)

Nota publicada en Plazademayo.com

El 13 de junio de 2004 se produjo una tragedia, un tanto olvidada, que terminó con la vida de 14 mineros en la mina de carbón de Río Turbio, en Santa Cruz. Este episodio es el inicio de una historia que da cuenta de la irracional política energética nacional y del intento constante de supeditar la realidad al relato ficcional. Eran los inicios de era K a nivel nacional.

Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) es la empresa que explota la antigua mina de carbón en esa localidad santacruceña, ubicada a 300 km de Río Gallegos, en el extremo sudoeste de la provincia. Esa noche del 13 de junio los operarios estaban realizando el cambio de turno y quedaron atrapados por el derrumbe generado tras un incendio en una de las galerías de la Mina 5, a unos 600 metros de profundidad y a varios kilómetros de la salida. Las condiciones de funcionamiento anticipaban la tragedia. Las alertas fueron ignoradas por autoridades provinciales y nacionales. A pocos días del desastre el diario Página/12 publicó un informe de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT) que aseguraba que el yacimiento tenía un índice de siniestralidad que duplicaba el promedio[1].

La historia reciente de la YCRT se remonta a los años noventa. Dentro del proceso de transformación del Estado, en 1993, la YCRT y el servicio ferrovial entre las terminales del puerto de Punta Loyola y Río Gallegos habían sido concesionados de manera integral a los hermanos Sergio y Alberto Taselli. La concesión fue acordada por el Gobierno Nacional, a cargo de Carlos Menem, y del Gobierno provincial, en manos de Néstor Kirchner. Esta etapa en la historia de Río Turbio volvió al tapete en el mes de marzo pasado, cuando la justicia procesó al actual Secretario de Energía de la Nación, Daniel Cameron, por “incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Cameron, integrante de la Comisión Fiscalizadora de la empresa YCRT durante el período concesionado, es señalado por la justicia como partícipe del desvío de fondos públicos recibidos por la empresa en forma de subsidios entre 1993 a 2002 (unos 16 millones de dólares anuales)[2].

Luego de casi 10 años de esa concesión, con denuncias por corrupción y con un enorme incumplimiento de las obligaciones contraídas por la empresa, en el año 2002, mediante el Decreto 1034/02, del entonces presidente Eduardo Duhalde, se rescinde la concesión a los hermanos Taselli. La situación de la YCRT era desastrosa. Ese mismo año, por otro decreto nacional, el 1052/02, se deja en claro que la mina no seguirá siendo explotada dadas las pésimas condiciones en que se encontraban las instalaciones. Sin embargo, esa decisión fue resistida. Por iniciativa de legisladores nacionales por Santa Cruz, autoridades provinciales, los gremios y el entonces interventor de YCRT, Eduardo Arnold (ex vicegobernador de Néstor Kirchner entre 1991 y 1999 y hoy kirchnerista arrepentido), hacia finales de ese año, la mina comienza nuevamente con las actividades sin mediar ningún tipo de mejoras. En menos de dos años, en junio de 2004, Río Turbio sufrirá el peor accidente de su historia.

Lejos de imponer racionalidad y mesura en los anuncios respecto de la viabilidad de la producción de carbón en Río Turbio, el accidente hizo que diversos funcionarios provinciales y nacionales, junto al entonces Presidente de la Nación, Néstor Kirchner, promuevan una nueva e improvisada política para Río Turbio: la inmediata construcción de una usina a carbón, la central termoeléctrica en Río Turbio (CTRT). Si la viabilidad del yacimiento era incierta, la CTRT era una completa irracionalidad.

Mucho antes de su “privatización”, YCRT mostraba un declive sostenido en su producción y su viabilidad económica era incierta. En su mejor momento, durante los años 70, Río Turbio alcanzó una producción oscilante entre 700 mil a un millón de toneladas por año. Los últimos años la extracción llegaría apenas a unas 200.000 toneladas anuales. Las características geológicas del mineral y sus costos hacían muy poco atractivo explotar ese mineral. Lejos de pensar en una alternativa realista para Río Turbio y colocar a la mina en un nivel de producción acorde a sus reales posibilidades, se optó por construir una epopeya sobre la tragedia de los mineros.

En el mes de noviembre de 2004 Néstor Kirchner, formalizó el anunció de la usina de Río Turbio en la propia ciudad. Los anuncios fueron realizados ante los familiares de las víctimas. Kirchner había llegado a Río Turbio acompañado por el ministro de Planificación, Julio De Vido, Héctor Icazuriaga (SIDE), la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y otros miembros del Gobierno Nacional. También estuvieron el entonces interventor de YCRT, Daniel Peralta, hoy gobernador de Santa Cruz y el entonces Gobernador provincial Sergio Acevedo.

Los funcionarios anunciaron también la firma del acuerdo binacional con la República Checa para el financiamiento y suministro de una primera central termoeléctrica de 80 MW, que luego se rompería para dar paso a una licitación por una usina de mayor potencia, de 240 MW y por un valor muy superior al inicial. El proyecto ahora había escalado tres veces en potencia y se anunciaba como el inicio de un proyecto de explotación intensiva del yacimiento para producir electricidad. El ministro Julio De Vido anunció también que, para conectar la usina de Río Turbio con el sistema eléctrico nacional, se realizaría la ampliación del tendido de alta tensión hacia el extremo sur de la Provincia, alcanzando a Río Turbio, Río Gallegos y El Calafate.

La obra de la usina fue asignada en 2007 a la empresa española Isolux Corsán. Estimada en un plazo de 42 meses, el costo de la central termoeléctrica sería cubierto por el Estado Nacional y también con la venta del carbón de Río Turbio que no sea utilizado por la usina.

Apenas conocidos los detalles del proyecto de la CTRT comenzaron a llover las denuncias: la primera de ellas puso el ojo sobre el proceso licitatorio, ya que el presupuesto inicial de la obra era de 1.506 millones y terminó adjudicándose en 2.680, casi el triple de lo que cuesta una usina similar en cualquier lugar del mundo. Las denuncias incluían también los impactos ambientales de la explotación del carbón y su quema en la central y los impactos en la salud humana asociados a las emisiones de la quema del carbón en la usina[3].

La ampliación del sistema eléctrico hacia Río Turbio tampoco estuvo exenta de escándalos. Una segunda denuncia, en marzo de 2009, realizada por Fiscal Nacional de Investigaciones Administrativas, Manuel Garrido, se basó en las irregularidades en la ejecución de las obras de extensión de las líneas de alta tensión hasta Pico Truncado. La más llamativa, una diferencia del 45% sin justificación alguna entre los costos de la realización del tendido del tramo Choele Choel – Puerto Madryn (Chubut) y aquél que unió Madryn con Pico Truncado.

Unos meses más tarde, Greenpeace denunció que la empresa Isolux Corsán recibió en 2007, pagos por 142 millones de dólares antes de que la empresa presentara el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de la usina. Es decir, la obra estaba aprobada más allá de lo que arrojase dicho estudio. (Además, una vez presentado el EIA recibió 50 observaciones por parte de un cuerpo técnico que jamás fueron respondidas).

La central térmica de Río Turbio debería estar finalizada para mediados de este año. Las líneas del interconectado nacional están llegando a la zona más tarde de lo previsto. Pero hay un dato que es crucial y tiene que ver con la raíz de toda esta historia: la usina utilizará unas 3.720 toneladas de carbón por día, eso es 1.200.000 toneladas anuales. Esto implica una necesidad de inversión de enorme envergadura para poner al yacimiento a producir en esa escala. Recordemos que sólo en su momento de mayor producción alcanzó el millón de toneladas, y los últimos datos disponibles hablan de una producción actual de 200 mil toneladas anuales, es decir menos del 20% de lo necesario. Lo más probable es que la usina termine utilizando carbón importado.

El actual Gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, quien fuera en su momento interventor de YCRT, dijo al anunciarse la construcción de la termoeléctrica que “sin mina no habría Usina”. Pero por estos días, otro ex interventor de YCRT Eduardo Arnold dijo en el programa de TN, “Otro tema” que la CTRT no podrá ser abastecida por el carbón de YCRT, ya que la mina no produce lo necesario. Este dato no es nuevo ya que es “vox populi” en Santa Cruz. Todos saben lo difícil que es que Río Turbio pueda abastecer a la usina, pero admitirlo ponía en riesgo los abultados subsidios anuales que se recibían.

Las inversiones directas parecen no ser suficientes para reactivar la producción de YCRT, a pesar de ser cifras elevadísimas las que anualmente devora el proyecto. En el 2012 la mina, YCRT, recibió 1.300 millones de pesos y en el primer trimestre de 2013, los subsidios otorgados a YCRT aumentaron en un 90 por ciento. Subsidios de esta magnitud vienen repitiéndose desde el 2006, pero de estas cifras sólo el 10%, en promedio, han sido destinados a la inversión directa para la reactivación de la mina, el resto fue dedicado al pago de salarios[4].

El dinero aportado anualmente a la improductiva mina de carbón de Río Turbio es uno de los subsidios más altos del sector energético, ocupa el cuarto lugar en el ranking de subsidios nacionales del sector energético. La inviabilidad económica del carbón se manifiesta en el alto costo que tendrá la electricidad que generará la usina de Río Turbio, si alguna vez lo hace, estimada en más de un 50% por encima el valor que hoy paga el gobierno a los generadores eólicos.

En momentos que la crisis energética y su consecuencia más grosera, la gigantesca importación de combustibles, es hoy un tema crítico para economía nacional, casos como Río Turbio, muestran la impericia con que se han adoptado decisiones, basadas en anuncios demagógicos, negocios poco claros y un despilfarro de recursos que ahora son imprescindibles. Río Turbio fue una mala idea energética, económicamente inviable, sólo posible en una política que supone que el relato puede tapar todas las tragedias y todos los desatinos económicos.


[1] Página/12, 17 de junio de 2004, http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-36822-2004-06-17.html

[2] La Nación, 26 de marzo de 2013, http://www.lanacion.com.ar/1566935-procesaron-al-secretario-de-energia-por-no-controlar-una-mina-de-carbon

[3] Presentada el 3 de Marzo del 2009 ante la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas, por el Dr. Carlos Manuel Garrido, justo antes de retirarse del cargo. El expediente es el N° 26.234 y está en la Fiscalía de Investigaciones Administrativas N°7 de la Dra. Susana Pernas.

[4]INFORME DE EJECUCIÓN PRESUPUESTARIA DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA NACIONAL, Marzo de 2013, ASAP

sábado, 4 de mayo de 2013

Demoledor pronóstico climático.

ALARMIST? The perception is that while the Arctic states may be talking cooperation, they are preparing for conflict. This 2007 Russian TV channel grab shows a manipulator of the Mir-1 mini-submarine placing a Russian flag on the seabed of the Arctic Ocean at a depth of 4,261 metres or 13,980 feet below the North Pole. Año 2007, TV rusa. Un brazo robótico de un submarino instalando una bandera de la Federación Rusa en el lecho marino bajo los hielos del Polo Norte, a 4.621 metros de profundidad.

 

Esta semana la Organización Meteorológica Mundial (OMM) emitió un extenso informe de prensa actualizando algunos datos acerca de lo que está ocurriendo con el clima global. Se trata del comunicado de prensa 972 emitido el jueves 2 de mayo donde se sintetiza la “Declaración sobre el estado del clima mundial de la Organización Meteorológica Mundial (OMM)”. Un resumen del mismo se puede ver aquí.

Se trata de un demoledor cuadro que nos muestra que estamos transitando el peor de los pronósticos. Los medios periodísticos registraron básicamente dos cosas: una, que el año 2012 es el noveno más cálido de la serie histórica que arranca a mediados del siglo IXX. El año pasado alcanzó esa posición a pesar de la influencia del fenómeno La Niña, que fue intenso durante el año, lo que contribuyó a “enfriar” el registro global. El otro aspecto destacado por los medios de prensa fue el récord histórico en la desaparición de los hielos del Ártico en el verano pasado en el hemisferio norte. Nunca, desde que el hombre transita la tierra, el Polo Norte tuvo menos hielo.

La cierto es que el ascenso sostenido de las temperaturas globales, y en particular, el dato del año 2012, ya se había conocido por algunas mediciones, como el registro  que vemos aquí tomado del Goddard Institute (NASA).

http://data.giss.nasa.gov/gistemp/graphs_v3/Fig.A2.gif

La confirmación por parte de la OMM viene a consolidar la abrumadora evidencia científica que nos advierte sobre la peligrosa tendencia en que nos hallamos. También el dato acerca de la disminución récord del hielo que cubre de manera permanente el mar ártico es un dato que se conoció al año pasado cuando el 26 de agosto los satélites mostraron imágenes nunca antes vistas de un polo norte en su nivel más bajo de cobertura helada.

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La línea amarilla nos muestra el promedio de la superficie mínimas de hielo (veranos) durante el período 1979-2010. Cada verano el hielo ártico se derrite y alcanza su “mínimo” para luego, en el invierno, recuperar su superficie helada. El tamaño de la superficie reducida del verano viene disminuyendo progresivamente. La extensión del 26 de agosto de 2012 rompió el record mínimo del 18 de septiembre de 2007. (Imagen: Scientific Visualization Studio, NASA Goddard Space Flight Center).

Hasta los años 60, el hielo Ártico cubría de 14 a 16 millones de km2 al final del invierno y de 7 a 9 millones de km2 al final del verano. Desde finales de los años 60, la capa de hielo del Ártico muestra una reducción sistemática, tanto en extensión como grosor. En el periodo de 2005 a 2010 se registraron las cinco extensiones más reducidas durante el mes de septiembre, siendo en 2007 cuando se registró la extensión mínima, que batió el record con 4,28 millones de km2, es decir, un 39% inferior a la media a largo plazo. A finales de la década, la velocidad de disminución del hielo ártico al final del verano se ha estimado en 700.000 - 800.000 km2 por década.

En el verano Ártico de 2012 los cambios fueron más dramáticos aún, con un mínimo histórico en la extensión cubierta por nieve en el hemisferio norte en junio, un mínimo histórico en la extensión de la capa de hielo sobre el mar en septiembre, un registro máximo de la temperatura del permafrost en el norte de Alaska y la mayor duración del deshielo de la manta de hielo de Groenlandia observada en los tiempos modernos, con un proceso anómalo de fusión superficial que afectó a casi toda la manta de hielo durante el mes de julio. Se registró la menor extensión anual del hielo marino del Ártico, de 3,41 millones de kilómetros cuadrados, desde que comenzaran los registros satelitales.

En su evaluación de dichos cambios, el informe “Arctic Report Card 2012” elaborado por la NOAA y otros asociados internacionales, señala que “Numerosas observaciones proporcionan una sólida evidencia de cambios muy extendidos y sostenidos que están transformando el medioambiente del Ártico hacia un nuevo estado... Los cambios en la capa de hielo marino, la capa de nieve, los glaciares y el manto de hielo de Groenlandia, están reduciendo la reflectividad global de la superficie, con la sustitución de superficies blancas y brillantes que reflejan la luz solar del verano por superficies más oscuras, como océanos y tierra, que absorben la luz solar. Estas condiciones aumentan la capacidad de almacenamiento de calor en el sistema Ártico, lo cual genera un mayor deshielo una retroalimentación positiva... Por tanto, hemos llegado a la conclusión de que es muy probable que en los próximos años sigan ocurriendo cambios muy importantes en el Ártico, particularmente a la vista de las proyecciones que indican un calentamiento global continuado.”

La desaparición de los hielos en el Ártico es un termómetro bien visible del calentamiento global, pero también significa un impacto muy grande a escala global. Aunque no todos lo ven del mismo modo. A finales de 2011 escribí en En el 2012 no se acaba el mundo ¿Qué vas hacer? lo siguiente:

Este año el Ártico fue un sitio ampliamente navegable. Estas fotografías generaron corridas en diversos organismos estatales y una gran preocupación en muchísimas corporaciones del planeta. Pero la premura obedecía a que ahora era posible acceder al petróleo y minerales, tales como el oro, que se encuentran en el lecho marino y que hasta ahora estaba cubierto de hielo y por lo tanto inaccesible. Una nueva frontera de explotación de minerales de todo tipo se está abriendo y por ende movilizando recursos y decisiones políticas al más alto nivel.

Hace unos días atrás la Casa Blanca reunió un conjunto de científicos especializados en el Ártico para analizar las últimas novedades acerca de lo que está ocurriendo allí. Uno de ellos, el australiano Carlos Duarte, viene advirtiendo que el derretimiento de los hielos árticos están ocurriendo a una velocidad muy superior a la que se había pronosticado hasta ahora. Para Duarte, en el verano de 2015 es probable que yo no haya hielo, mucho antes que los pronósticos climáticos convencionales que ubicaban tal posibilidad hacia finales del presente siglo.

Son varias los voces que están advirtiendo que lo que sucede en el Ártico es demostrativo de que estamos ingresando en un punto de no retorno, donde el cambio climático deja de tener una respuesta lineal y comienzan a dispararse procesos de retroalimentación que acortan los tiempos disponibles. La reunión en la Casa Blanca no sólo representó el interés científico y ambiental por el destino del Ártico, también reunió a funcionarios del área de seguridad que viene advirtiendo que una aceleración del cambio climático implicará una serie de conflictos regionales y globales de proporciones difíciles de precisar y administrar.

Para septiembre de este año, cuando los hielos árticos vuelvan a mostrar su mínimo anual, se conocerá el esperado nuevo informe del IPCC actualizando los datos de la ciencia climática. Una pequeña y nueva oportunidad para que la política asuma su responsabilidad y actúe aprovechando los pocos años que nos quedan para evitar el peor escenario.  

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