Apenas salido del horno, sería en 1973, por esas cosas que en aquel momento hacían que Serrat se escuchaba y mucho y que mis hermanos mayores habían comprado o se lo habían prestado, llegó a mi pieza el disco negro de Serrat , "Miguel Hernadez". Todo negro y con letras grises, difícil de leer la contratapa y las lettras. Incluso un Serrat con barba en la contratapa. Todo era distinto al Serrat de la TV. Creo que fue para mí la primera vez que entendí que las tapas eran parte del contenido. Me impactó, y aún hoy me resulta en uno de los mejores discos de Serrat, que luego me obligó a saber y leer sobre Miguel Hernández y la guerra civil española. Nuevamente, esta es otra entrada que reciclo de "Tester de Violencia" 1.0.
Aquí les dejo a Serrat presentando, en 1974, con un acompañamiento despojado, "nanas de la cebolla"
Cali
Letras de las canciones: Miguel Hernández
Música de las canciones: Joan Manuel Serrat, excepto «Nanas de la cebolla», por Alberto Cortez
Arreglos y Dirección musical: Francesc Burrull
Compañía Discográfica: Zafiro/Novola
Referencia del LP: NLX 1034 B - Dep. Legal M. 43.426/1972
Grabación: En los Estudios AUDIO FILM de Madrid
Técnico de Sonido: Juan Manuel Vinader
Fotografías: Colita, Archivo y Familia Miguel Hernández
Diseño: Enric Satue
Texto de Joan Manuel Serrat para una edición mexicana del disco:
«Conocí a Miguel Hernández en uno de aquellos bancos del umbrío jardín de la Universidad, la vieja y entrañable Universidad Central a cuyo balcón principal un glorioso día se asomó la libertad para arrojar sobre la acera el busto altivo del dictador. Gran día aquél. Luego llegaron sus lacayos y nos comieron a palos, pero no importa.
En aquellos bancos hablábamos de amor, conspirábamos contra el régimen, leíamos poesía y tomábamos el sol al mismo tiempo. En aquellos claustros, en aquellos jardines, en aquellas aulas, entre octavillas clandestinas y apuntes de Genética Aplicada, también iban de mano en mano los maravillosos libros que desde Argentina nos hacía llegar la Editorial Austral –bendita sea– y que nos devolvían a aquellos que fueron condenados al ostracismo, con toda su voz y todo su acento. Aquellos libros eran ventanas abiertas por las que entraba un aire nuevo que ventilaba el tenebroso tiempo de la dictadura.
Quisiera que los que escuchen estas canciones recuerden que su autor fue un poeta perseguido, condenado y encarcelado. Un hombre que murió en prisión por el delito de pensar y escribir cosas como las que aquí pueden oír.
Fue un pastor de cabras, fue una persona comprometida con su gente y con su tiempo. Un hombre sencillo y sensible que amaba la libertad y decía: "... soy como el árbol talado que retoño y aún tengo la vida" ... y se la quitaron.
Que el destino mantenga fresca la memoria y nos libre de aquellos que asesinan a los poetas y a la poesía.»
No tuve tiempo como para leer todas y cada una de las "entradas", pero "Un Viaje" del 4 de Mayo, como "La Herida de Miguel" del 28 de Marzo, me parecen increíbles.
ResponderEliminarEl primero por la similitud con situaciones vividas por mi y por muchos otros que comparten una vida similar, en su momento pasión por el rock, luego devoción por el arte, la creación musical, o los estados anímicos que puede transmitir desde una hermosa pieza de Bill Evans, hasta el rock más podrido de Led Zeppelin.
Por otra parte, el segundo fue lo que me contaste en aquel bar de Lima, el monedazo a Miguel, la ebullición inconciente rockera, las ganas de ser partícipe de un show por parte de una sociedad muchas veces marginada y que necesita sentirse importante, marcando así graves problemas de identidad, que culminan con nefastas consecuencias, tales como Cromañón. De todas formas, Cromañón no enseñó nada. Hoy por hoy, lamentablemente es "lo que pasó y lo que pudo haber pasado", ya que en el show de La Renga en el Autódromo, si no murió gente, es porque Dios está de nuestro lado.
Muy bueno el blog, felicitaciones y seguiré leyendo.
Un abrazo
Cuando tengas un rato y ganas, pasate por http://egosincracia.blogspot.com
ResponderEliminarAcabo de abrirlo, paralelo a otro que ya tenía sobre medios de comunicación y sus modos.
Un abrazo!
Gracias
Gracias Mauro. Me estremeció nuestra charla en Lima donde yo te conté un poco de mis mayores preocupaciones de lo ocurrido con el público de rock a lo largo de los últimos años. Me ha sido muy especial esa conversación porque estaba conversando con alguien que vivió lo peor que se haya podido vivir como espectador de rock: Cromañón.
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