Es mejor recordarnos a nosotros mismos que la sabiduría está lista para alcanzarnos desde los sitios más inesperados. Cito a un hombre que se volvió sabio un poco tarde en la vida: “Naturalmente, la gente común no quiere la guerra, pero después de todo, son los líderes de un país quienes deciden, y siempre es cuestión de arrastrar a la gente, ya sea en una democracia como en una dictadura fascista, con Parlamento o en una dictadura comunista. Con voz o sin voz, la gente siempre puede ser convocada por el llamado de los líderes. Es fácil. Todo lo que hay que hacer es decirle que está siendo atacada, y acusar a los pacifistas de falta de patriotismo y de exponer a la nación al peligro. Funciona igual en todos los países”. Así habló Hermann Goering en Nuremberg.
Fragmento de “Estados Unidos según Norman Mailer: Bush no es un conservador”, (Suplemento Radar, Página/12, 26/9/04)
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