Por Damián Tabarovsky | 03.02.2008 | Perfil
No hace falta ser la Brujita Verón ni el tan nacionalista Chaqueño Palavecino para darse cuenta de que la calle está llena de autos caros, de 4X4 y de tanquetas de todo tipo, muchas veces estacionadas en la entrada de las inmensas, carísimas y horribles torres que se construyen en barrios como Puerto Madero y el ex Palermo Viejo. Todo da una sensación de déja vu. ¿Vuelven los 90? ¿Cómo que vuelven? ¿Habían terminado? Yo ni me di cuenta. La línea de continuidad entre uno y otro régimen es tan evidente que solamente algunos intelectuales neooficialistas, instalados a lo lejos en los confines, pueden hacerse los distraídos y no ver las cosas como son. La distracción es una constante en esta historia: en los 90 no hablaban de política sino de estética (pero ese silencio atronador sólo puede leerse de un modo político) y ahora hablan sobre los 90.
La crítica al presente siempre queda para más tarde, para cuando ya es pasado.
Ocurre que según informa el diario PERFIL en su edición del domingo 27 de enero, la versión original del Hummer fue un jeep militar norteamericano, cuyo bautismo de fuego ocurrió en la operación Tormenta del Desierto, en Irak. Desde 1998 la marca pertenece a General Motors quien lo comercializa en diferentes versiones (entre ellos el Hummer H3 X: motor3,7 litros , tracción en las cuatro ruedas; el Hummer H3 Apha: motor V8 con capacidad de 5,3 litros , y el Hummer H2 SUT: versión abierta tipo pick-up, tres niveles de equipamiento, tracción en las cuatro ruedas y caja automática de seis marchas). ¿Quién querría comprarse un auto militar para uso diario? A menos que el automóvil (como producto o concepto) incluya desde el vamos una dimensión militar, que acompaña un proceso tangible de militarización de la vida urbana. En 2005 el canal Ciudad Abierta realizó una serie de entrevistas a intelectuales sobre el tema Cromañón.
Era la época en que Ciudad Abierta ya había dejado de ser un canal que seguía perritos por la calle con una cámara fija durante media hora (acompañado de un coro de intelectuales que a ese tipo de trivialidad la llamaban “experiencia vanguardista”) y todavía no se había convertido en un difusor de programas de jardinería pública, como lo fue en el último año y medio. Fue la época en la que el canal expresó una idea crítica sobre el estado de la cultura porteña, y en ese contexto entrevistó a Fogwill para hablar sobre Cromañón. Rápidamente el reportaje fue saltando de un tema al otro y, ante el paso de una 4X4, el escritor señaló: “Una 4X4 es una verdadera arma de guerra”. Entonces era una metáfora, ahora se hizo realidad. Por unas decenas de miles de dólares cualquiera puede comprarse un camioncito militar camuflado de camioneta cool con el máximo confort disponible.
Ocurre que según informa el diario PERFIL en su edición del domingo 27 de enero, la versión original del Hummer fue un jeep militar norteamericano, cuyo bautismo de fuego ocurrió en la operación Tormenta del Desierto, en Irak. Desde 1998 la marca pertenece a General Motors quien lo comercializa en diferentes versiones (entre ellos el Hummer H3 X: motor
Era la época en que Ciudad Abierta ya había dejado de ser un canal que seguía perritos por la calle con una cámara fija durante media hora (acompañado de un coro de intelectuales que a ese tipo de trivialidad la llamaban “experiencia vanguardista”) y todavía no se había convertido en un difusor de programas de jardinería pública, como lo fue en el último año y medio. Fue la época en la que el canal expresó una idea crítica sobre el estado de la cultura porteña, y en ese contexto entrevistó a Fogwill para hablar sobre Cromañón. Rápidamente el reportaje fue saltando de un tema al otro y, ante el paso de una 4X4, el escritor señaló: “Una 4X4 es una verdadera arma de guerra”. Entonces era una metáfora, ahora se hizo realidad. Por unas decenas de miles de dólares cualquiera puede comprarse un camioncito militar camuflado de camioneta cool con el máximo confort disponible.
El tema del automóvil como problema tiene un largo linaje. De las loas futuristas de Marinetti en los años 20 (que sin embargo ya ponía en relación al auto con la ametralladora y la guerra: “Un automóvil rugiente que parece correr sobre metralla es más hermoso que la Victoria de Samotracia”) al chiste de Macedonio Fernández, que proponía suprimir la parte delantera para que los autos sean usados sólo por dentro (lo que imposibilitaría a los transeúntes ser atropellados), mucho ha escrito la literatura y el arte sobre el tema. Mi momento favorito es un episodio de La Pantera Rosa en el que la Pantera quiere cruzar de vereda y nunca puede. Mira para un lado, para el otro: no viene ningún auto. Pone un pie en la calzada y… ¡de golpe aparecen mil autos! Intenta cruzar de varias maneras (disfrazada de viejita, saltando en garrochas, con un cohete en la espalda) y siempre fracasa. Hacia el final, se encoge de hombros y decide no cruzar. En la última escena la vemos irse caminando, sonriendo feliz en un primer plano que ocupa toda la pantalla. Su sonrisa nos recuerda que aún es posible no cruzar, que del otro lado no hay nada, sólo el vacío que nos invade.
Claro que hay muchas "continuidades" en los 90 todos veraneaban en Punta y Miami, hoy ....también!!!!!!
ResponderEliminarmmmm, no se, dejame ver, en los 90 estaba Jazzy Mel hoy esta Emmanuel Horvilleur. En los 90 fue el boom de los autos 0km al igual que ahora. Si, si hay continuidad!!.
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