sábado, 13 de diciembre de 2014

La brecha: el tamaño importa.

Vamos a dar un paso más luego de la anterior entrada.

Está claro que la opción de postergar esfuerzos de reducción para después del 2020 implicará que los esfuerzos deberán ser mayores, más urgentes y más costosos. La acción temprana, pre-2020, es vital para tener chances de permanecer en la trayectoria de emisiones que nos mantenga por debajo de los 2°C.

Como ya lo vimos, las emisiones han seguido creciendo en los últimos años. Por esta razón, este año, el emissions gap report no pone énfasis en las medidas posibles para cerrar la brecha del 2020 entre las emisiones previstas y las consistentes con la meta de los 2°C. La ventana de oportunidad se va cerrando.

Lo que se señala es el tamaño de la brecha y la necesidad de reducirla al mínimo posible para seguir teniendo alguna chance post—2020. Siempre procurando que los esfuerzos de mitigación sean de una dimensión tal que nos coloquen en la senda de los 2°C. Hoy vamos a los 4°C.

Todos los países, desde al año 2010, han sido convocados a realizar pledges (promesas), metas voluntarias de reducción de emisiones hasta el año 2020, fecha en la que entraría en vigencia el nuevo acuerdo global. Los pledges que se han presentado hasta ahora son insuficientes, aún si todos cumplieran con lo prometido. Durante la COP20 nada ha sucedido que modifique esta situación, nadie ha aumentado el nivel de ambición, como se dice en las negociaciones.

Las emisiones globales en el 2012 fueron de 54 GtC. La estimación que se realiza acerca de las emisiones, si no se adoptan medidas de mitigación, es que para el año 2020 estaríamos en 59 GtC, en el 2030 con 68 GtC y en el 2050 en 87 GtC.

Suponiendo que se cumpliera con las promesas que se han puesto sobre la mesa, las emisiones en el año 2020 serían de 52-54 GtC, un 7-12% por debajo del escenario BAU (Business as Usual).

Según los escenarios realizados en años anteriores, asumiendo el menor costo, y que parten de las emisiones del año 2010, las emisiones en el año 2020 deberían ser de 44 GtC (así aparecen en las anteriores versiones del emissions gap). Entonces el gap actual es de 8 a 10 GtC (52 menos 44, 54 menos 44).

Asumiendo los escenarios previos, el Gap en 2020 = 8-10 GtC

Pero lo cierto es que ese nivel de emisiones son ya imposibles, entonces se analizan escenarios que tengan el más bajo costo y sean consistentes con la meta de los 2°C, pero en el período post 2020.

En tales escenarios valen las cifras ya mostradas en un cuadro anterior: 2025, 47GtC; 2030, 42GtC; 2050, 22 GtC.

En tal caso, tenemos la siguiente situación:

image

En anaranjado, la banda de emisiones que nos permitirían seguir con chances de permanecer debajo de los 2°C (siempre con una chance del 66%).

Banda gris, la trayectoria si se cumplen los pledges presentados hasta ahora por los países. La estimación para 2030 (56-59 GtC) es una extrapolación de los pledges a 2020 (52-54 GtC).

En azul los escenarios BAU.

Por lo tanto, para el año 2025 tendremos un gap de 7-10 GtC, en el mejor de los casos.

¿Cómo se cierra esa brecha? Esa es la cuestión.

Para dimensionar esto, las emisiones de algunos países en el año 2011 fueron:

China: 10,3 GtC

Estados Unidos: 6,1 GtC

Unión Europea (28): 4,3 GtC

Es decir que para cubrir la brecha al 2025 habría que eliminar  la totalidad de las emisiones de China o la suma de Estados Unidos y la Unión Europea.

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