sábado, 21 de mayo de 2011

“El camino está en los alimentos”

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Suplemento “Qué Pasa”


Con Juan C. Villalonga

publicado por El País de Uruguay

 

"El camino está en los alimentos"

El ex jerarca de Greenpeace busca protagonizar un proyecto político verde.

De visita para un debate sobre la energía nuclear, Juan Carlos Villalonga, ex director político de Greenpeace Argentina, explica las razones por las cuales entró en la política liderando un partido de "Los Verdes". Y analiza la cuestión ecológica en los vínculos de Uruguay y Argentina. Este es una resumen de la charla con Qué Pasa

-Usted hizo carrera en Greenpeace. ¿Por qué decidió irse?

-Fue un ciclo cumplido. Estuve 16 años. Esta es una organización que tratará de crear opinión pública, para que exista una opción política verde en Argentina

-¿Y eso no se puede hacer desde Greenpeace? ¿Es una organización muy pesada o burocrática?

-No, pero como toda ONG tiene una agenda muy acotada. Es profunda, pero se pierde la visión global. La creación del Foro de Ecología Política es algo para movilizar, es una opción donde la gente se movilice y se aglutine. Pero no para estas elecciones, donde está todo tan polarizado. Para dentro de dos años sí.

-¿Izquierda o derecha?

-Es una pregunta recurrente para los verdes, pero procuramos no caer en eso. Sería un recorte importante en nuestra manera de ver las cosas. Tanto en los países de libre mercado como en aquellos en los que fueron gobernados por el socialismo real se aplicó un modelo desarrollista, de crecimiento y desarrollo permanente. Cuestionamos justamente ese modelo. Si por izquierda se entiende promover la equidad social y un reparto equitativo de nuestros recursos, tenemos mucho de eso. Pero también somos muy pragmáticos. No se trata de reproducir un modelo de gestión pública. Esto es mucho más profundo y, repito, cuestiona el modelo desarrollista que hasta ahora siempre imperó. El movimiento ecologista en Argentina tiene 30 años. Desde entonces no ha parado de crecer. Sin embargo, ningún partido de los tradicionales en Argentina ha asimilado eso. El gobierno actual, por ejemplo, replica el modelo de desarrollo de Perón. En aquel momento, eran ideas contemporáneas. Hoy no.

-¿Cómo ve hoy el conflicto bilateral por la instalación de una planta de celulosa?

-El caso de las papeleras muestra el reduccionismo y la falta de conciencia ambiental del gobierno argentino de entonces. En vez de pensar en esto como un desafío para la región, preguntarse cuál es el dilema de estas apuestas y empezar a dilucidar por qué las empresas papeleras vienen para acá, se eligió el ataque frontal y la virulencia. Fue una actuación cortoplacista y buscando un efecto. Con todo, cambió la actitud cuando asumió Cristina Fernández.

-¿Fernández es más receptiva a las preocupaciones por el medio ambiente? -No. Fueron las necesidades de tener una buena relación con Uruguay. Esto era para discutirlo entre los dos países, porque estas industrias nos plantean problemas comunes. Y en todo caso hacerlo en el Mercosur. Llevarlo a La Haya fue una estupidez. Porque ¿qué iba a decir La Haya? Iba a decir lo que dijo: Uruguay no cumplió con todos los pasos y avisos previos, pero Argentina no podía cortar los puentes.

-¿Qué desafío plantea la bonanza económica de la región a un desarrollo ambiental sustentable?

-El problema es quedar atados no ya a ser exportadores de varias materias primas, sino exportadores de casi únicamente soja, como Argentina. En el caso de Brasil, hay un proceso de diversificación y desarrollo industrial mejor y más profundo. Fue Brasil el que logró hacer pulpa de celulosa con los eucaliptos, por ejemplo. Antes se hacía celulosa de los bosques boreales, algo que explica en gran parte que las empresas papeleras más conocidas sean escandinavas, rusas o canadienses. El proceso en el cual está Brasil no se hace de un día para el otro.

-¿De quién es la responsabilidad por ese proceso en el cual se termina dependiendo de un commodity, como dice que ha pasado en Argentina?

-Del gobierno, sin duda. Si se deja llevar por el mercado global, éste te va a convertir en un productor especializado y barato de materias primas.

-¿Cuál es el camino para Uruguay, según su visión? image

-Los alimentos. Pero eso significa calidad, valor agregado, alimentos seguros, cultivados orgánicamente. Eso no equivale a exportar a granel, sino a agregarle valor, calidad, diversidad y seguridad a los alimentos. Y cuidar los recursos. No hacer como Argentina, que pescó demasiada merluza y hoy tiene que ir mucho más lejos para conseguir ese recurso. Ustedes lo saben, porque antes compartíamos la pesca de merluza y ahora ya no pueden pescar, porque nosotros destruimos el caladero de merluza.

-Usted viene a debatir sobre energía nuclear. Argentina tiene dos plantas nucleares y Brasil varias más. ¿Uruguay debe considerar esta energía?

-No. Uruguay está haciendo las cosas muy bien apostando a la energía eólica, con planes que superan a los de Argentina. No se puede caer en la trampa de la energía nuclear. En Argentina hace 60 años que tenemos energía nuclear. Nunca esa fuente nos ha dado más que el 6% de nuestras necesidades energéticas.

-¿Por qué se sigue entonces?

-Claramente no es una necesidad energética. Argentina, pero también Brasil, son adictos a la energía nuclear. Pero no es una adicción energética, sino una ideológica y estratégica: tener la opción de entrar al club de países con armas nucleares.

 

 

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