martes, 27 de abril de 2010

Al final, la pared

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Este domingo tuve una inesperada invitación para ir a ver a The End, una banda tributo a Pink Floyd. Situación extraña porque nunca había ido a ver una banda tributo, aunque sabía de los buenos comentarios de este grupo. Intrigado por este fenómeno que se ha dado en los últimos años donde han aparecido varias bandas de tributo, o que realizan shows emulando a grupos musicales, acepté y allí fui.

Extraña la sensación ¿qué voy a ver? ¿qué encuentra el público en este tipo de conciertos?

Francamente no tengo respuestas. La banda está muy bien. Suena bárbaro, hacen un show excelente, tenían como invitados a algunas figuras que rodearon el trabajo de Pink Floyd y aledaños. Así que lo que pude ver está más que bien. ¿y? No sé.

No se qué es lo que uno aplaude cuando aplaude, ¿la excelente música que unos tipos compusieron hace algunos años? ¿el notable esfuerzo de unos chabones que tocan y sacan cada sonido como si fuera el disco original, o mejor? ¿la proeza de hacer esa música y no pifiarle? ¿uno se debe dejar llevar e imaginarse que está escuchando a Pink Floyd? No, esta última seguro que no. Al menos, no en mi caso.

La verdad que me preguntaba cuando salí del Gran Rex (lleno a full) ¿qué cosa justifica el esfuerzo, el talento, el estudio, la habilidad y la producción que implica realizar semejante show? Si finalmente, todo queda en una fugaz imagen sonora que, al menos, en mi caso, me cuesta disfrutar. Al contrario, a cada compás sufría por los pibes pensando, les saldrá?, llegarán? no sé, es una tontería. Definitivamente, no soy público de bandas tributos.

Una cosa interesante, cuando uno de los invitados, tocando el bajo, improvisó muy bien sobre uno de los temas. Me sentí muy bien, encontré algo distinto. Y no lo digo desmereciendo en nada al grupo. Por el contrario, hay que verlos para ver la perfección que logran. Pero, hay algo que me impide encontrarle la vuelta a un show de ese tipo. Es como que hay una pared que me impide disfrutarlo.

Y hablando de una pared…

The Wall , otra vez en vivo

Roger Waters pondrá otro ladrillo en la pared

El músico presentará la obra de Pink Floyd

La Nación, Lunes 26 de abril de 2010

Roger Waters en vivo en River Plate.

¡Oops! Roger Waters lo hizo de nuevo. Y lo volverá a hacer. Luego de recorrer el mundo con su recreación en vivo de The Dark Side of the Moon (con la que llegó a la Argentina en 2007), Waters confirmó que este año montará un tour de 35 presentaciones en las que interpretará de principio a fin otro de los emblemáticos discos de Pink Floyd: The Wall.

A 30 años de su primera y megalómana puesta en escena -con gigantescos muros en torno de la banda, criaturas inflables sobrevolando el público y animaciones proyectadas- y a 20 de la última -pero en esta ocasión con Waters como único miembro de Pink Floyd y junto con un seleccionado de artistas internacionales que, en Berlín, celebraron la caída del Muro alemán con una peculiar versión de The Wall, Waters reincidirá, ladrillo tras ladrillo, con uno de los espectáculos más grandes que se hayan visto en la historia del rock.

"Treinta años atrás, cuando escribí The Wall, era un joven miedoso -le confesó Waters a la revista Spinner. Me llevó mucho tiempo superar mis miedos. En los años intermedios ocurrió quizá que la historia de mi miedo y pérdida, con su inevitable exposición de ridiculez, vergüenza y castigo, se convirtió en una alegoría del nacionalismo, del racismo, del sexismo, la religión y demás. Todos esos ismos y cosas condujeron a los mismos miedos que tenía cuando yo era joven."

Esta nueva puesta en escena -que intentará mantener el espíritu visual grandilocuente de la original- se estrenará el 15 de septiembre próximo, en Toronto, Canadá, y recorrerá los Estados Unidos durante tres meses.

En el último lustro, la modalidad de reproducir obras clásicas de rock de principio a fin se ha convertido en algo habitual. Así, además de las versiones de The Dark Side... y The Wall, de Waters, artistas como Lou Reed, Brian Wilson y Sonic Youth, entre otros, resucitaron en vivo discos completos, como Berlín y Metal Machine Music, Pet Sounds y Daydream Nation, respectivamente.

Lo anterior y esta noticia me hicieron recordar por estos días un disco en vivo de Roger Waters de 1987. Es la época de “Radio Kaos”. Allí decide hacer también temas de Pink Floyd con absoluta libertad, y suenan a veces deformes y siempre poderosos. Es capaz de deformarlos y también de hacerlos igual o mejor que en el disco, y son siempre memorables. Qué tipo!

Aquí algo de The Wall en esas versiones un tanto desestructuradas de 1987

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