Página/12, Radar, Domingo, 02 de Marzo de 2008
nota de tapa
Falta poco, apenas dos semanas, para que Bob Dylan toque otra vez –la tercera, la vencida– en Buenos Aires. Será el 15 de marzo en el estadio de Vélez, en una noche que abrirá León Gieco, y que promete leyenda, emoción y, por qué no, alguna excentricidad. Todo fan de Dylan ha soñado alguna vez con su concierto ideal, con el puñado de canciones que conformarían la velada perfecta. Esta es sólo una selección posible de favoritas, cada una con su historia, con su magia. Esta es sólo una bienvenida. Un homenaje. Y un gracias.
Por Rodrigo FresánDylan no para, Dylan vuelve y –si bien en los últimos tiempos su repertorio parece haberse estabilizado bastante– nunca se sabe qué puede ocurrir durante un concierto de Dylan. Exitos indestructibles, joyas oscuras, covers que van de la A de Aznavour a la Z de Zevon. Cualquier cosa puede pasar. Y pasa. Lo que no impide que los fans lleguen a esa noche esperando volver a sus hogares luego de haber oído favoritas públicas y privadas. A continuación, la historia de un puñado de ellas (favoritas mías y de muchos, y faltan tantas otras aquí) que quizá floten, dentro de poco, en el viento –idiota o no– de una ciudad llamada Buenos Aires.
BLOWIN’ IN THE WIND
“Fue nada más que otra de las canciones que escribí por entonces. Tenía la sospecha de que era algo especial, pero no sabía hasta qué punto. Ya sabes: la escribí para el momento”, explicaría Bob Dylan muchos años después. Pero “Blowin’ in the Wind” es, todavía hoy, un artefacto que funciona tan bien como en el primer día. La astucia acaso intuitiva de una melodía sencilla (basada en el lamento tradicional de esclavos “No More Auction Block”) y una letra de aliento evangélico con eficacia de sermón de montaña y confeccionada a base de preguntas para rematar con una respuesta que no da instrucciones precisas. Perfecta estrategia para una canción pacifista que se da por vencida nomás empieza. Dylan recordó que, los que la oyeron por primera vez, le auguraron un gran éxito. “Vas a ganar como 5000 dólares me dijeron. ¡5000! Para mí eran como un millón de dólares. Nunca pude saber que sería un hit. No soy tan listo. Supongo que la explicación de cómo y por qué escribí ‘Blowin’ in the Wind’ está flotando en el viento.” Pero en la contraportada de The Freewheelin’ Bob Dylan ya había dejado bien claro el transparente mecanismo del profundo misterio: “La primera manera de responder a estas preguntas en la canción reside en hacer las preguntas. Pero muchas personas primero deberán encontrar al viento”. Joan Baez reflexionó recientemente: “La gente espera que vuelva el compromiso político de los ‘60. Pero el problema está en que nadie volverá a escribir ‘Blowin’ in the Wind’”.
The Freewheelin’ Bob Dylan (1963)
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